23 de Abril – Autoría y moral. Por Jorge Alemán

Nunca debería juzgarse a un autor, sea del pensamiento o del arte, por sus conductas aberrantes. De esto se ocupa la Justicia, pero el Derecho no legisla sobre las obras. Es cierto que la cuestión que no se puede dejar de lado es qué consideramos una «obra». Pero este es otro problema.
Lo importante es que un autor no es idéntico a sí mismo, su obra nunca se reduce a su vida fáctica.
Escuché a Borges decir en la TV española, en plena dictadura argentina, que los argentinos deberían vivir 500 años sin democracia, pero nunca pensé que la relación con la escritura de Borges fuera solo asumible desde ese ángulo.
Heidegger cometió la infamia de ser Rector en Friburgo bajo el régimen nazi, e incluso en los Cuadernos Negros, sus escritos personales, leemos algunos destellos de su antisemitismo filosófico.
Sin embargo, Arendt, Jaspers, Lacan, Derrida, hicieron todo lo posible y sin ingenuidad alguna para que su gran legado filosófico continuara.
En otro sentido, cuando se escucha que Hegel, Marx, Freud, etc, son hombres, blancos, eurocéntricos y heteronormativos con el propósito de invalidar su lectura, asistimos a una confusión intelectual gigantesca. El desafío es leer lo que en todos ellos va más allá de esas categorías y asumir que un autor difiere en su propia obra de sí mismo y no puede ser reducido a una unidad que pretenda presentarse como una totalidad entre vida y obra.
Cuando en nombre de la moral actual vemos que una obra se retira de circulación, a raíz de alguna actuación aberrante de su autor, asistimos a un triunfo de la moral sobre la Ética. A la implantación de una nueva «minoría de edad» que borra, para decirlo en términos kantianos, la «autonomía de la razón», la que permite discernir como debe ser recibida una obra.
Hoy en día parece ser muy sencillo que desaparezca la circulación de una obra por motivos relativos a las conductas morales. Profesores, directores de cine, actores, dejan de estar presentes sin que produzca ninguna atención especial esa ausencia, salvo su posible reverberación en el mundo incesante de las habladurías.
Las izquierdas deberían reflexionar en este punto ya que amplios sectores progresistas están involucrados en este problema.<
Fuente: Pagina12
https://www.pagina12.com.ar/542419-autoria-y-moral

23 de Abril – La destrucción de libros. Por Sergio Olguín

EL 22 de Abril muere de Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares,​ 29 de septiembre de 1547-Madrid, 22 de abril​ de 1616) por eso es “El día del libro”
El 10 de mayo se cumplen 90 años de uno de los episodios que mostró al mundo el horror del incipiente nazismo: la quema de libros en la Opernplatz de Berlin. Más de veinte mil ejemplares fueron prendidos fuego ante unas setenta mil personas que aprobaban esa locura. Se quemaron libros definidos como antialemanes, aunque el listado abarcaba todo tipo de obras, porque los censores suelen tener una mirada bastante amplia a la hora de destruir. El ingrato fenómeno se replicó en distintas ciudades alemanes. Encendieron un fuego de odio, muerte y persecución que se sostuvo por más de una década.
Con menos prensa en su momento, pero con igual ferocidad, la dictadura cívico-militar argentina también tuvo su propia destrucción de libros. La más importante fue la ocurrida en junio de 1980, cuando se quemaron veinticuatro toneladas de libros y fascículos del Centro Editor de América Latina. No fue la única destrucción de libros de la dictadura. Como parte de un plan sistemático, ya se habían hecho otras quemas en Capital Federal, Córdoba, Rosario y Entre Ríos. A esos actos hay que sumar los libros que muchos arrojaron al fuego en sus casas por temor a represalias.>
Fuente: Pagina12
https://www.pagina12.com.ar/542753-la-destruccion-de-libros