“Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor”. Arturo Jauretche
Razones de la aversión neoliberal al seleccionado, a Lionel Messi y a las celebraciones populares.
La alegría y el entusiasmo multitudinario generan incomodidad y desconfianza entre los sectores oligárquicos de nuestro país. Les provoca un profundo fastidio asociado a una recóndita incomprensión del festejo. ¿Qué podrían celebrar los cabecitas negras, desarrapados, los sin nada, los sin nadie, los choriplaneros, los kukas? Esas perplejidades obnubilan a quienes temen lo colectivo en formato popular, sobre todo cuando los humildes cuentan con poco para perder, pero mucho para celebrar. La ocupación territorial y el control de las calles es vivido por los sectores dominantes como una amenaza territorial y un riesgo cierto de marea humana incontrolable. Esta suspicacia suele ser justificada por la sinergia potencial que poseen las voluntades agrupadas detrás de un regocijo común y su derivación hacia una potencial demanda colectiva, siempre disponible para tergiversar el orden establecido. >>>Este punto de partida, que postula una fuerte suspicacia respecto a lo colectivo, es lo que enfada al sentido común del “medio pelo” posmoderno: el “Topo Gigio” de Lionel Messi, la expresión del capitán al final del partido con Holanda, “¿Qué mirás bobo? Andá p’ayá,bobo…”, y la indocilidad de Lionel Scaloni frente a los periodistas>>>
Fuente: El Cohete a La Luna
https://www.elcohetealaluna.com/pasiones-gestos-y-odios/