¿En qué medida el testigo representa a la víctima? ¿Se puede asumir un lugar por delegación, cuando ese lugar nunca ha sido delegado? ¿Es posible reemplazar la palabra ausente? Sobre esta disyuntiva trabajó la autora de este texto en su libro El trabajo del testigo. Testimonio y experiencia traumática, recientemente publicado, que aborda esta finísima construcción del que ofrece su voz para que –acaso– la muerte no diga la última palabra.>
Natalia Ariñez declaró como testigo por la desaparición de su padre en el juicio Operativo Independencia en Tucumán (24 de Junio de 2016).
Fuente: Revista Haroldo
http://revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=161