La plutocracia brasilera (los 71.440 multimillonarios según el IPEA) tiene poca fantasía. Usa los mismos métodos, el mismo lenguaje, el mismo recurso farisaico del moralismo y del combate a la corrupción para ocultar la propia corrupción y dar un golpe a la democracia para salvaguardar sus privilegios. Siempre que emerge una democracia con apertura a lo social se llenan de miedo. Organizan una unión de fuerzas que implica a sectores de la política, del poder judicial, del MPF, de la Policía Federal y principalmente de la prensa conservadora y reaccionaria, como es el caso del conglomerado O Globo. Así hicieron con Vargas, con Jango y ahora con Lula-Dilma.>
Fuente: Servicios Koinonia
http://servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=784