16 de Mayo – Sobre dos libros sapienciales. Por Guillermo saccomano

Los viernes nos encontramos con María Domínguez en el Náutico, el parador de playa. Desde sus ventanas puede verse el mar, el oleaje apaciguándose después de la última sudestada. Esta tarde María me trae un libro prometido, el que escribió con Juan Forn y que Juan no alcanzó a ver. Debo admitirlo, cuando uno está ante un libro escrito por dos trata de discernir qué del texto pertenece a uno o a otro. En este caso no es sencillo, y menos considerando que María es librera y también una lectora nómade en sus gustos, que no cesa de sorprender con sus hallazgos. A veces me pregunto si este don suyo procede de sus estudios de arqueología. Tal vez la respuesta está en una conjugación de las dos prácticas complementarias con un mismo objetivo: salvar cosas del paso del tiempo, que no se pierdan. Otro dato no menor: María es una poeta reservada, cautelosa, que escarba en el lenguaje de la pérdida: “Después de nadar mar adentro/ ibas hasta la rompiente / buscando el impulso que te saque a la orilla. / Entraste en la ola / seguiste la curva/ y saliste del mundo”, escribe. Hay un silencio irreductible en estos versos. Es así: “Un silencio denso / cae sobre las cosas”. Y ese silencio remite al libro que escribieron juntos. Al silencio, justamente, se refiere “Nieblita del Yí”. >
Fuente: Pagina12
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