“¿Qué tarea podés tener más importante que encontrar la manera de identificar a nuestros nietos robados?”, lo desafiaron. El recogió el guante y se reunió con colegas. El resultado de ese trabajo colectivo fue el índice de abuelidad. A puro “lápiz y papel”, lograron la primera identificación: Paula Eva Logares en 1984. La historia de un antes y un después de la Genética contada por uno de sus protagonistas.>
Fuente: Revista Haroldo
http://www.revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=216