Evita desea Felicidades al pueblo Argentino en la Navidad de 1951.
Crecía en ella la ansiedad que se iba convirtiendo en desesperación por todo lo que le quedaba por hacer y la bronca por la certeza del inmenso alivio, de la perversa alegría que provocaba su sufrimiento y su inevitable final en sus enemigos. Días más tarde Evita grabó un mensaje radial: su último mensaje de Navidad. Que haya una sola clase de hombres, los que trabajan; Que sean todos para uno y uno para todos; Que no exista ningún otro privilegio que el de los niños; Que nadie se sienta más de lo que es ni menos de los que puede ser; 1 Que los gobiernos de las naciones hagan lo que los pueblos quieran; Que cada día los hombres sean menos pobres y Que todos seamos artífices del destino común.>
Fuente: El Historiador
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