Hasta el domingo nadie se había acordado de él, salvo algunos amigos. Pero su público, la gente, los millones que lo ovacionaron durante diez años en el Luna, esos, es decir, nosotros, no nos acordamos de él. Es feo recordar esas cosas, pero es así. Y miren que a Gatica lo veíamos todos los días.>
Fuente: El Ortiba
http://www.elortiba.org/notatapa16.html