
Sus armas infalibles son su lealtad y su generosidad. Lita, su vida, su lucha decidida, su ternura es la lección contundente que el amor le gana al odio siempre.
“Soy la mamá de Miguel Angel Boitano y de Adriana Boitano”, dice Lita mientras acaricia las fotos prendidas en su pecho de sus hijos desaparecidos, entre la emoción que siente al nombrarlos y antes de hablar esboza su sonrisa, esa sonrisa que la acompaña y es única.
Lita, lección de vida, maestra, ejemplo de lucha y dignidad.
En su casa, comparte el mundo habitado por la juventud de Migue y Adriana, sus discos, libros, pocas fotos que quedaron después del allanamiento, las fotos de comunión, de algún viaje, algún que otro cuadernillo de la facu; anécdotas de una casa con adolescentes llena de amigos y amigos de sus amigos, meriendas y política. Luego vendría la militancia en la juventud universitaria peronista, la lucha por una patria más justa y también vendría el Terrorismo de Estado desplegando su violencia sobre miles de familias, de eso Lita da testimonio con su vida. >
Fuente: Pagina 12