Con un discurso, solo un discurso, mostró la superioridad política y moral que el momento le reclamaba. El país se encamina al cegamiento de sus fuentes de justicia, se deterioran las nociones básicas del derecho, se impone el “Bonadio-prinzip”. Decisiones arbitrarias emanadas del propio Poder Judicial, en complicidad con sus dobles fantasmáticas –los grandes medios de comunicación–, están desfachatadamente entregadas a la irresponsable tarea de demoler los cimientos de la República por la que tantas veces dijeron que se empeñaban. ¡Al punto de que la habían convertido en una tierna muñequita! Lo que menos puede decirse ahora es que están teniendo muñeca para demoler el andamiaje restante de un país democrático y autosustentado. Están en peligro las fuentes primordiales del soporte convivencial de la Argentina. Este mismo nombre está en riesgo, porque ya no es pleno, es apenas lo que queda, un resto de dignidad de la que aun podemos agarrarnos. Cuando los cuerpos son golpeados, todavía subsiste la palabra, que suele entonces adquirir los matices de un llamado, tanto más efectivo porque agónico.>
Fuente: Pagina 12
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