15 de Febrero – El hombre que está solo y espera. Por Mario Goloboff.

La calle de Buenos Aires que antes se llamó Canning, y antes aún Ministro Inglés, y que hoy, cual desagravio, lleva el nombre de Raúl Scalabrini Ortiz, no es sin embargo la que mejor lo representa. Él está y estará siempre en la esquina de Corrientes y Esmeralda, donde se instala, emblemática y ya históricamente, para pensar la ciudad, el país y el mundo, “el hombre que está solo y espera”. Para meditar su esencia porteña, su carácter irreductiblemente central, desde este punto de confluencia planetaria,”el pivote en que Buenos Aires gira”.
>>>Por ello, el acercamiento debe ser puramente espiritual, intuitivo: “La conciencia de este hombre gigantesco es inaccesible para nuestra inteligencia. No nos une a él más cuerda vital que el sentimiento”. Admirador hasta la devoción de Macedonio Fernández (muchos de cuyos textos salvó de la pérdida), a quien declara aquí “el primer metafísico de Buenos Aires y el único filósofo auténtico”, y consagra “el primero y más grande en la secuela de profetas porteños”, en este libro Scalabrini parece estar justificando con creces aquellas reflexiones de Antonio Gramsci, formuladas desde las cárceles fascistas por la misma época, que suponen a los intelectuales de países como los nuestros “el tejido conjuntivo de una nación”.>>>
Fuente: Pagina 12

https://www.pagina12.com.ar/95771-el-hombre-que-esta-solo-y-espera

Mas sobre Scalabrini extraido de La Gazeta.Raúl Scalabrini Ortiz

>>>Jaqueado por todas las fuerzas de la Argentina ainglesada, «Reconquista» logra vivir tAn sólo 41 días. Pero subterráneamente, el pensamiento nacional se va infiltrando y despierta ya muchas conciencias dormidas. Y cuando poco después, el Grupo de Oficiales Unidos dé el golpe de estado el 4 de junio de1943, alguien recordará que uno de los libros que esos militares consideran texto obligado para su formación política es » La Historia de los Ferrocarriles» de Scalabrini (figura junto a José Luis Torres como autor de ensayos recomendados para la lectura en el BOLETÍN nº 5 del grupo Obra de Unificación G.O.U. )
Poco después a mediados de 1944 en La Plata conoce personalmente a Juan Domingo Perón, a quien ya le sugiere la nacionalización de los ferrocarriles.
El 17 de octubre de 1945, Scalabrini forma parte de la multitud que irrumpe en nuestra historia para iniciar una Argentina nueva. Ese día, se convence de que esos hombres, a los que llama «esos de nadie y sin nada», son los que conducirán al país hacia su nuevo destino:
«… Era el subsuelo de la patria sublevada. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba por primera vez en su tosca desnudez original….Eran los hombres que ‘estaban solos y esperaban’, que iniciaban sus tareas de reivindicación».
>>>Como le había dicho a Leopoldo Maréchal pocos días después de la caída de Perón: «Hay que empezar a hacer todo de nuevo, todo otra vez». Cerrados estos periódicos, escribirá desde mediados de 1956 en la revista «Qué».
Fuente: La Gazeta
http://www.lagazeta.com.ar/scalabrini.htm