
Lo sucedido en derredor del River-Boca gana por muy lejos en la consideración de si hay un adjetivo exacto para calificarlo. Pero tiene lo suyo esta reunión del G-20 a la que medio mundo mediático rotula como histórica; que apenas si fue capaz de producir unas carillas de frases hechas para maldisimular su fracaso absoluto; de la que mayormente nadie entiende para qué sirve como no sea curiosear en lo que comen las figuras políticas planetarias, en los looks de las primeras damas, en los detalles anecdóticos; en lo desopilante de Macron y su mujer bajando a la intemperie receptiva, hasta que Michetti llegó en tiempo de descuento a balbucearles un francés capusottiano.
Y, sobre todo, la pregunta de para qué les sirve este show a los desposeídos del orbe. Por qué de eso se trataría, ¿no es así?>
Fuente: Pagina 12