Uno siempre ha estado a favor de los matices. Uno mismo es un matiz de otro que estuvo a punto de ser, o que quizá incluso sea de a ratos. Se le ha llamado maniqueísmo a ser tajante en estas cuestiones. Lo blanco o lo negro, que dicho sea de paso, es la opción por excelencia cuando se habla de esta cuestión, y es acaso el sustrato de lenguaje que concentra todo lo de racista, lo de derecha ideológica, lo de parcial de esencias que es el lenguaje. Todos los lenguajes. Lo cito siempre, pero es que casi todo mi trabajo gira en torno a lo que en mí hace muchos años iluminó un concepto de Roland Barthes: “La lengua no es de izquierda ni de derecha, es fascista; porque se caracteriza más por lo que obliga a decir, que por lo que prohíbe decir”.>
Fuente: Revista Kamchatka
http://revistakamchatka.com.ar/lo-negro-del-lenguaje/