A veces son los bombos; otras, la “Marcha peronista”; en ocasiones, desnudos altoparlantes impiden escuchar, atenta, solitariamente, los cuartetos de cuerda de Béla Bartók o el Concierto de Alban Berg o uno de Arnold Schoenberg… Así se urden las leyendas: con algunos datos ciertos y otros imprecisos, vagos, vagos intelectuales.>
Fuente: Pagina 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-257759-2014-10-18.html