13 de Octubre – El romance del Favio y la Cristina. Por Maria Seoane

Cuando lo dijo como definiendo los rasgos de una toma inolvidable, o de una canción desde la que regalaba una rosa –y en el imaginario se agolpan El romance del Aniceto y la Francisca; Gatica, el Mono; Crónica de un niño solo, pero sobre todo su última película, Aniceto (2008)–, sentimos que la pasión que marcó su vida, su obra, tenía la estatura de la de Sarmiento, Borges y Walsh. Que era el más grande cineasta de todos los tiempos: Crónica de un niño solo y El romance del Aniceto y la Francisca son consideradas las mejores películas de la historia del cine argentino. Pero, también, que era el peronista más exquisito, como ya lo había demostrado con el documental Perón. Sinfonía del sentimiento. Porque ese 6 de noviembre de 2008, en la 23ª edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, organizado desde el Incaa por Liliana Mazure, se lo vio temblar cuando Cristina Fernández de Kirchner le entregó el Astor Honorario. Eran tiempos destituyentes que se arrastraban desde la pulseada por las retenciones al agro en marzo de 2008. Tiempos en que oligarcas guarangos y fugadores, sojeros de vieja y nueva data, podían decir groserías contra ella por TN, de Clarín –ya despuntaba como el ariete más fuerte de una corporación mediática y financiera–, que no se hubieran animado a decir de un hombre. Tiempos en que un ilustrador talentoso le tapaba la boca con tinta negra. Una obsesión de larga data que se prolonga hasta el presente para prohibirle defenderse en un juicio. O para intentar asesinarla.>
Fuente: Caras y Caretas
https://carasycaretas.org.ar/2022/10/06/el-romance-del-favio-y-la-cristina/