El reciente ataque de Estados Unidos contra una base militar siria se sustenta en una idea cardinal: el régimen de Bashar al Asad posee armas químicas y las usó el 4 de abril en un bombardeo que dejó más de 80 muertos.

Sin embargo, aunque el gobierno de Donald Trump y otras naciones asumen eso como una verdad incuestionable, la idea tiene más de un detractor.
El principal es Rusia, aliado de Al Asad, que insiste en que lo que sucedió fue que resultó golpeado un almacén con agentes tóxicos en manos de fuerzas rebeldes. >
Fuente: BBC Mundo