29 de Abril – Una plaza que es un mundo. Por María Adela Antokoletz. Fotos Mónica Hasenberg

Información de imagenLa autora de este texto es hija de una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, que el 30 de abril de 1977 hicieron su primera ronda. A 40 años de ese hecho gigante repasa aquellos días de ausencia que se hacía carne y grito. «Una madre que se va convirtiendo en Madre es, simplemente, imparable”, escribe y adelanta: “Ellas no son pasado. Siguen hoy mismo sembrando nuestro futuro”.
Playa de Málaga, en España, casi desierta al atardecer. Mi madre y yo allí, en agosto de 1983. Silencio por fuera, silencio del vacío en el corazón. Un cuidador va cerrando las sombrillas mientras tararea –para sorpresa mía- no una canción andaluza sino un tango. Le digo a mamá que escuche. El hombre canta, bajito:
Con Malvina o sin Malvina
grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales
se dan al tango por los portales.
Tango de las Madres locas
locas de amor y silencio.
 ¡Con vida se los llevaron
y con vida los queremos!
Mamá le dice, cuando se acerca y nos saluda: «Me emociona su canción. Soy una de las Madres de Plaza de Mayo». Y él contesta la frase más adecuada: «Lo siento mucho, señora».
Un hombre sencillo, que comprende las cosas.
El Tango de las Madres Locas fue obra de un gran poeta y cantautor, el granadino Carlos Cano, muerto demasiado joven (54 años) en el año 2000. Carlos Cano había escuchado por televisión a mi madre y a Hebe de Bonafini durante la gira de denuncia que ambas hicieron por varios países europeos a principios de 1983, y conmocionado se levantó para crear ese tango en que, graciosamente, omite la “s” de Malvinas por razones de métrica… pero acierta en lo hondo. >
Fuente: Revista Haroldo

http://www.revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=207