26 de Diciembre – Anarquismo como ligadura moral. Por Horacio González.

Siempre siguió, Osvaldo, la línea que tendían en la historia los más desahuciados, los de abajo, los amasados con un barro sagrado que ni ellos conocían. Sean las prostitutas de un pequeño poblado en la Patagonia, sea el anarquista expropiador Severino Di Giovanni. Mujeres y hombres puros, cuya pureza estaba antes de las ideologías y precedía a las acciones con rostro político. Si no existía aquella, éstas no valían. La pureza de la conciencia anárquica, en Bayer, equivalía al primer día de la Creación, un cuerpo diáfano de pasiones aun no desprendido enteramente de la naturaleza. Lo que resultaba una enorme atracción en su verbo era que escribiera libros de historia basándose solamente en la convicción que en algunas conciencias elegidas, existía un alma preconcebida en la disposición hacia una justicia entera, cósmica. Anarquismo individualista.
>>>Es evidente que antes de la madeja de hechos del pasado, buscaba el último recinto moral que guiaba los comportamientos humanos. Si los soldados que fusilaron en la Patagonia, en 1921, eran todos de la misma provincia, todos del mismo barrio, vivían todos en calles çde tierra, y todos, cuarenta años luego de esos trágicos acontecimientos, llevaban una existencia similar, pobres y olvidados de sí y apenas recordando el pasado, cuando eran interrogados unos estaban arrepentidos, otros decían que lo volverían a hacer. ¿Cuál era la diferencia, si no era “socioeconómica”? No valía la pena buscarla allí, había que hurgar en los planos más íntimos de la creación de lo humano, donde cada uno es solo la calidad de individuo que es, sabiéndolo apenas en el momento más rudo en que tiene que tomar una decisión.>>>
Fuente: Pagina 12