Con el cambio climático todo puede trastrocarse. Antes de dicha catástrofe, el otoño era la mejor estación del año en Buenos Aires. Abundaban días como el de ayer: con sol que entibiaba de lo lindo y fresco disponible a la sombra. Ciertos árboles porfiaban en mantener el follaje verde. Otros se amarilleaban, deshojándose.
A las dos de la tarde otoñal-porteña, en la Plaza de Mayo hacía calorcito. Las columnas demorarían en llegar, algunas agrupaciones o partidos habían colgado, preventivamente, pasacalles o zepelines.>
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