
Cuando Néstor empezó a tomar alguna actividad política crítica respecto de la dictadura de la denominada Revolución Argentina de Onganía, Levingston y Lanusse, y se fue conformando como un revolucionario, tal como lo hicieron miles de ciudadanos jóvenes y otros no tanto, su padre lo enfrentó. Su madre, en cambio, fue más paciente y trató de amortiguar las discusiones.
>>>“No sirve para nada todo esto —dijo Azucena a otras madres—, no tiene sentido seguir yendo por las comisarías, por los juzgados. Nos están engañando. Tenemos que ir a Plaza de Mayo para que nos vean. Juntarnos ahí todas, hacernos fuertes y meternos en la Casa Rosada para imponer ante Videla lo que está pasando”.>>>
Fuente: Revista ZOOM