La Nación le ganó a las instituciones europeas y financieras, la soberanía democrática a la tecnocracia, un pueblo a una camisa de fuerza cosida por una ideología devastadora e inhumana. El triunfo del “no” en Grecia consagra la legitimidad democrática de un país por encima de la vandálica dominación de un modelo colectivo cuya única ambición es someter y ganar dinero. >
Fuente: Pagina 12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-276471-2015-07-06.html