Boletín Nº 128 del CEAM. Para verlo sigue el enlace más abajo.
Secciones: Editorial de la Comisión de Exiliados Argentinos en Madrid, Leyes Reparatorias, Argentina, Juicios, España, Internacional, Opinión, Cultura/Historia Popular. Ver más noticias e información en nuestra página. 128-boletin-del-ceam-no-128
Editorial: «A 68 años de la Declaracion Universal de los Derechos Humanos». Es a partir del siglo XVII cuando empiezan a tomarse en cuenta las ideas sobre “derecho natural”. Inglaterra incorpora a su constitución en 1679 la Ley de hábeas corpus y en 1689 la Declaración de Derechos. En Francia como consecuencia de la Revolución Francesa el 26 de agosto de 1789 se hace pública la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Gracias a la inspiración de los representantes del pueblo francés, se definen los conceptos de libertad, de propiedad, de seguridad y de resistencia a la opresión como derechos “naturales e imprescriptibles”.
Si bien en esta última Declaración leemos un listado de principios que postulan la prohibición de su vulneración, al revés de la trama, en el transcurso de los años, debemos reconocer que las violaciones a tales derechos continuaron sucediendo.
Podemos reseñar otros intentos parciales de la conciencia pública por regular una seguridad mínima de respeto al individuo, habitualmente ignorado por los Estados.
Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial la Sociedad de Naciones impulsó los Convenios de Ginebra sobre seguridad, respeto y derechos mínimos de los prisioneros de guerra, y en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el documento titulado “Declaración Universal de los Derechos Humanos” como conjunto de normas que garantizan la seguridad para las personas frente a los poderes públicos.
La DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) se compone de un preámbulo y treinta artículos que recogen derechos de carácter civil, político, social, económico y cultural.
El proyecto de Declaración se sometió a votación el 10 de diciembre de 1948 en París, y fue tratado por los que entonces eran los 58 Estados miembros de la Asamblea General de la ONU, con 48 votos a favor y las 8 abstenciones de la Unión Soviética, de los países de Europa del Este, de Arabia Saudí y de Sudáfrica. Además de otros dos países miembros que no estuvieron presentes en la votación.
Basta con recordar al Holocausto o a Hiroshima para rechazar las razones que pudieron conducir a los gobiernos de Alemania y de Norteamérica a cometer aquellas atrocidades de la historia reciente.
Hacen 68 años de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” y a pesar de ello, la temible amenaza de las superpotencias armadas continúa. Potencias más obedientes a los dictados de la concentración y acumulación capitalista que a la tutela de los destinos de la humanidad y del planeta en donde se vive. Mientras un autoritarismo represivo nos acosa, un Hiroshima nos emplaza.
No olvidemos que Norteamérica, apoyando a gobiernos golpistas y antidemocráticos, impondría la Operación Cóndor en Sudamérica, y hoy mismo somos testigos del accionar de gobiernos que, mediante la fuerza pública arbitran formas de dominio y de exclusión; arrestos o secuestros, tortura y muerte de personas defensoras de ideas igualitaristas y justicieras; legislaciones fraguadas de forma repentina para someter al que trabaja y a quien disiente; medios de expresión bajo control de gobiernos despóticos que no dan razones y mienten; prometen, incumplen y se exculpan acuñando excusas incontestables como “cumplir con el deber” o “por la patria”.
Guerras motivadas para la expropiación de recursos o por planes estratégicos regionales, motivan la expulsión y el éxodo de pueblos enteros que deben huir del esclavismo y del hambre; multitud de personas privadas de atención sanitaria y de escolarización, a la intemperie, alejados de la comunidad y de sus hogares, sin cobijos ni refugios y bajo el fuego de los bombardeos.
Insistir con el recuerdo del Holocausto y de Hiroshima no obedece a un intento de obstrucción pesimista, continuaremos aplaudiendo a la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” del 10 de diciembre de 1948 en París, y, muy a propósito, al debate de la ONU para la creación de un tratado sobre derechos humanos y empresas como oportunidad para enfrentar “al poder corporativo”.
El Holocausto e Hiroshima ocurrió y, ante la pervivencia de aquellos métodos -sojuzgamiento y bombardeos-, sobrevuela la peligrosa tendencia de convertirse en destino.
Comisión Exiliados Argentinos en Madrid 16 de Diciembre 2016