Enterados de la conjura, el presidente y vice de facto, general Pedro Aramburu y almirante Isaac Rojas, decidieron no abortarla, aunque la noche anterior apresaron a cientos de dirigentes gremiales para restar apoyo social al movimiento.
>>>El levantamiento se produjo entre las 22:00 y la medianoche del 9 de junio, pero el gobierno estableció la Ley Marcial recién a las 0:32 del día siguiente, es decir, que aplicó la ley con retroactividad al supuesto delito cometido. Pocas horas después, se firmó el decreto que ordenaba fusilar a quienes la violaran.>>>
Fuente: El Presente de la Historia
http://presentedelahistoria.com/fusilamientos-de-1956-la-vigencia-de-una-proclama/
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Esta noche no va a pasar nada. Por Teodoro Boot. ¿Por qué los que estaban en esa casita de Villa Martelli jugando a las cartas mientras esperaban escuchar en la radio la pelea de Lausse o la proclama revolucionaria, iban a darle pelota a De Santis, que ni siquiera estaba seguro de quién le había dicho que no había que confiar en los militares?
>>>En esos momentos, en Avellaneda, desde lo alto de la torre de la escuela técnica Salvador Debenedetti, donde acababa de instalar la antena del radiotrasmisor por el que el teniente coronel Irigoyen difundiría la proclama revolucionaria, Rubén Mouriño vio cómo un numeroso grupo de militares fuertemente armados irrumpía en el establecimiento.
Los sublevados, que esperaban la llegada de los cincuenta policías que se sumarían al levantamiento, fueron sorprendidos por el destacamento militar enviado para reprimirlos y se rindieron sin resistir.
Rubén vio cómo un oficial lo encañonaba con su pistola.
–Bajá o te bajo yo de un tiro.
–No sea burro, hombre –intervino Irigoyen–, que es un chico.
–Acá no hay chicos que valgan –contestó de mal modo el militar, y volvió a dirigirse a Rubén–. Bajá de una vez. Y a estos llévenselos a todos.
Un soldado salía de la casa del portero llevando a Ercolano y a su hija de 19 años.
–A estos también –ordenó el oficial.
–No tienen nada que ver –volvió a intervenir Irigoyen, recordando que Ercolano era socialista.
–¿Así que no tienen nada que ver? ¿Y por qué le voy a creer a usted? –el militar señaló con la mandíbula a la hija de Ercolano. La muchacha se abrazaba temblorosamente a su padre– Esa, seguro que es la secretaria de Valle.
Con las manos en alto, Irigoyen, Costales, Albedro, Lugo, los hermanos Clemente y Norberto Ros, el joven Mouriño, Ercolano y su hija, de ahí en más, “la secretaria de Valle”, fueron llevados a la Unidad Regional de Lanús, una dependencia de la policía provincial donde veinte años después funcionaría un eficiente y activo centro clandestino de detención y tortura dependiente del Área 112 de la Zona 1, Subzona 11, que abarcaba las localidades de Quilmes, Avellaneda, Adrogué, Burzaco, Cañuelas, Monte Grande, La Matanza, La Plata, City Bell, Ensenada, etcétera, etcétera.>>>
Fuente: Revista ZOOM
http://revistazoom.com.ar/esta-noche-no-va-a-pasar-nada/
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El pasado que rebota el presente. Por Luis Bruschtein.
Después del alzamiento del 9 de junio de 1956, el gobierno militar del general Eugenio Aramburu fusiló a 27 personas. En el caso de los fusilamientos de civiles, se utilizó un procedimiento por “izquierda” que luego se convertiría en la principal herramienta represiva de las sucesivas dictaduras, hasta llegar a su máxima expresión en el ’76. Aun en el caso de los fusilamientos de militares, se aplicó un decreto emitido por Aramburu que declaraba el estado de sitio cuando los rebeldes ya estaban detenidos. Es decir que, de manera inconstitucional, se les aplicó ese decreto con retroactividad.>
Fuente: Pagina 12 (10 de Junio de 2016)
https://www.pagina12.com.ar/diario/especiales/subnotas/68131-22210-2006-06-10.html