7 de Octubre – 3/ El Peron Hindú, las joyas de Eva y un viaje al palacio Unzué. Por Teodoro Boot. Tercera entrega de las “Memorias de un niño peronista”

peron-unzueMi tío Rodolfo estaba indignado. Perón nos aisló del mundo, insistía ante la sonrisa irónica de mi tío Polo y el fastidio de mi viejo, para quien la Constitución de 1949 era un liberticidio lo suficientemente grave como para no inventarle más delitos a Perón. Cualquier otro reproche distraería la atención de lo importante. Con lo de la Constitución, el IAPI y los permisos de importación era más que suficiente. Y ni qué hablar de la suma del poder público: “¡Es traición a la patria!”, broncaba mi viejo.
En cuanto a mi tío Polo, “Vos sabés que Polo es peronista”, había susurrado mi tía en el patio. Mi vieja no se santiguó porque había sido bautizada recién a los 19 años, para casarse, pero le faltó poco.
La omisión de tan importante sacramento era en parte debida a que era la menor de un montón de hermanos, huérfanos tempranamente, que se habían criado a sí mismos a la bartola. Todos varones -la única otra mujer era mi tía, apenas dos años mayor que mi vieja-, no tenían tiempo de catequizar a la hermanita menor. Además, y esto no era asunto sin importancia, mi tío Aníbal, el mayor de los hermanos de mi vieja, era espiritista. De la Escuela Científica Basilio.>
Fuente: Revista Zoom

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