Hace poco más de un mes la vida de los habitantes del Bosque de Peralta Ramos, en Mar del Plata, cambió drásticamente. Desde la llegada de Miguel Ángel Etchecolatz, a quien la justicia le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria, una calle cortada al paso, fuerzas de seguridad custodiando entre los árboles añosos y pedido de documentos para muchos de los que transitan son la muestra de un barrio que ya no es el mismo. En ese bucólico paisaje ahora vive un genocida.
Marta Abachián tenía 13 años cuando un grupo de tareas hizo desaparecer, el 27 de diciembre de 1976 en La Plata, a su hermano Juan Carlos, militante de la Juventud Peronista. Le decían “el Armenio” (no podía ser de otra manera) y le llevaba quince años: era como su segundo padre, su referente, su guía. Su ídolo.>
Fuente: Revista Haroldo
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