5 de Diciembre – Un discurso yrigoyenista. Por Teodoro Boot.

«Hoy por hoy, el punto de partida de la reconstrucción nacional argentina no puede ser Perón sino Yrigoyen, aunque Perón haya llegado mucho más lejos que Yrigoyen… o tal vez justamente por eso», afirma el autor. El espejo López Obrador.
El discurso de Andrés Manuel López Obrador fue (es) un “discurso yrigoyenista” de alcance casi universal: se trata de regenerar la moral de una nación, lo cual equivale a decir, de los seres humanos que viven en ese espacio geográfico y político.
Es un discurso de una potencia inusitada, especialmente proviniendo de un hombre que es tal y cómo es y parece que es. Y (dicho sea para ilustración de quienes simplifican y generalizan hasta la exasperación sucesos, discusiones y conceptos) que profesa un protestantismo evangelista –ignoro si adherente a la iglesia pentecostal, como lo fue el del admirado Leopoldo Marechal. Y que así vive, ya que así es AMLO, y así ha recorrido más de 40 años de vida política: nunca fue ni pretendió ser un hombre que proviniera desde fuera de la política. Por el contrario: reivindicó la política, en tanto la política es idea, es proyecto, pero también es conducta. Y es (y tantos zonzos de los nuestros descalifican el concepto) ética, que es colectiva pero que para ser colectiva, para existir como colectiva, necesita previamente ser individual. Es decir, ser moral.>
Fuente: Revista ZOOM