12 de Enero – Dos Navidades. Por Roberto “Tito” Cossa

El pibe chorro se asomó al local del comercio más exclusivo del balneario. Comprobó que el guardia estaba distraído conversando con uno de los repositores. Se dijo ésta es la mía, ingresó unos pasos, arrebató la primera bandeja que tenía cerca de la mano y pensó esta noche comemos. Salió a la disparada y no había avanzado unos metros cuando sintió una mano que lo tomaba del cuello. Un cuarentón fornido le dijo a dónde vas, chorrito, y le pegó una trompada en la cabeza. Varios vecinos se detuvieron a curiosear y el señor fornido les dijo es un pibe chorro. Alguien gritó hay que matarlos a todos. Y cada uno practicó su  propia venganza. Las trompadas pegaron en todo el cuerpo del pibe chorro. Hasta que cayó desmayado. Y ahí empezaron las patadas, cada vez más violentas, con más ensañamiento. >
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