El presidente de facto J. Félix Uriburu rodeado de mujeres de clase alta en Casa Rosada 8/9/30
Introducción: La idea de la reiteración de los ciclos de daño social colectivo, en el que amplias franjas de las capas medias tienen incidencia, recorre este artículo que Raúl Lemos envía a La Tecl@ Eñe. Una vez más la subjetividad social alineó caprichosamente sus planetas en la franja media y, salto mortal mediante, estamos de nuevo en un escenario alarmante para unos y dramático para otros, afirma Lemos.
«El conjuro de una clase». La diferencia entre un idealista y alguien que no lo es o que alguna vez mutó a pragmatismo puro, no es su falta de apego a disputar el poder con uñas y dientes, sino la de hacerlo con el trascendental sentido de transformar las cosas para beneficio de todos y en especial de los que no tienen voz. Su mayor obstáculo no va a estar tanto en su ocasional adversario como en la esencia conservadora de nuestra especie.
El malestar que hizo eclosión en el 2001 se consolidó en la sociedad con la idea o lugar común de que la política asquea, y se hizo patente en el “qué se vayan todos”, pero mirado desde el lado oscuro de la luna, se puede divisar el variado arsenal que se esconde detrás del inconsciente colectivo para sustraerse de lo que ella misma genera y evitarse en carne y reflexión propia una revisión saludable y constructiva.>
Fuente: La Tecl@ Eñe)
http://www.lateclaene.com/ral-lemos-c1spz