12 de Febrero – Otra mirada sobre Oliverio Girondo. Por Mario Goloboff

Inspirador no demasiado remoto ni demasiado oculto, y hasta sugerido quizás, por el apellido del protagonista, del “glíglico” de Rayuela (el lenguaje que inventan, a efectos eróticos, la Maga y Horacio Oliveira en los capítulos 20 y 68 de la novela de Julio Cortázar), Oliverio Girondo fue el más verdadero, lingüística y poéticamente hablando, de los vanguardistas de Florida, “desde que fuimos nosotros, los americanos, quienes hemos oxigenado el castellano, haciéndolo un idioma respirable, un idioma que puede usarse cotidianamente y escribirse de <americana>, con la <americana> nuestra de todos los días…”. Quienes, en la lengua literaria, lijaron lo sobrante que venía de la tradición y del Modernismo, y fundaron, a la manera de César Vallejo en el mundo andino, una lengua poética para el Río de la Plata. >