7 de Mayo — Cortázar y las ciudades invisibles. Por Mario Goloboff

Imagen: Julio Cortázar
Introducción
Julio Cortázar durante toda su vida sintió, pensó y escribió entre dos ciudades, Buenos Aires/París. Mario Goloboff sostiene que esta idea de la fusión de ciudades obedece a cierta estética “metafísica” de Cortázar sobre simultaneidad de tiempos y de espacios.
Por Mario Goloboff* (para La Tecl@ Eñe)
Entre los varios títulos posibles que se me aparecieron, me gustó éste (claro que tomado en préstamo a Italo Calvino, por otra parte muy amigo de Julio Cortázar y traducido al español casi enteramente por Aurora Bernárdez).
¿Qué quiero decir con él o, mejor dicho, qué me permite decir él? Creo que varias cosas, pero fundamentalmente una: durante toda su vida, Cortázar (criado en Banfield) estuvo sintiendo y pensando otra ciudad, que era y no era la que entonces habitaba, y esas dos ciudades, entre muchas otras que recorrió, no dejaron de ser, casi nunca, Buenos Aires y París. Como para Horacio Oliveira, el célebre protagonista de Rayuela, “En París todo le era Buenos Aires y viceversa; en lo más ahincado del amor padecía y acataba la pérdida y el olvido” (Rayuela, p. 23, Capítulo 3).
Desde chico, extrañó la vida europea, seguramente por haber nacido en Bruselas y por haber sentido vital y epidérmicamente el contexto europeo, y también por haber sido inicialmente bilingüe, gracias a su abuela materna, hija de Gabel (francés) y de Dresler (alemana): “Abuelita y mamá -cuenta su hermana Memé- hablaban francés con nosotros, mientras estuvimos en Europa, cuando éramos chiquitos”. Y, al volver: “Cuando llegamos de Europa, no sabíamos castellano.>
Fuente: La tecla Eñe
https://lateclaenerevista.com/cortazar-y-las-ciudades-invisibles-por-mario-goloboff/