Boletín SERPAL 553 “Con la despenalización se abre una puerta para convertirnos en un país realmente democrático,
moderno, pluralista y con dignidad y seguridad para las mujeres.”  Dr. Mario Sebastiani, ginecólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Tras doce horas de sesión, el Senado argentino dio fuerza de ley al proyecto de aborto legal presentado por el gobierno. La histórica decisión se tomó por 38 votos contra 29, Varios senadores indecisos, independientemente de sus partidos,  terminaron votando a favor de la ley. Posiblemente tuvieron en cuenta las numerosas movilizaciones populares en las provincias por las cuales fueron electos. Pasadas las 4 de la madrugada de ayer, finalizadas las intervenciones de los legisladores, se realizó la votación. En la calle esperaban dos concentraciones. La más numerosa, la de los partidarios de la medida con pañuelos y pancartas de color verde. Separados por vallas, estaban quienes rechazan la ley distinguidos con prendas color celeste.
“Por fin…” 
El resultado en las pantallas fue recibido con gritos de júbilo, abrazos y en muchos casos con llanto por  miles de personas que durante horas esperaron en las calles que circundan el Congreso en pleno centro de Buenos Aires. Dos palabras …”por fin”… cerraban un largo camino reivindicativo. Prevalecían las mujeres, en su mayoría jóvenes, pero también madres y abuelas y también hombres con sus pañuelos verdes al cuello. La sostenida presión social a favor de legalizar el aborto – que fue  más evidente en las últimas semanas –  tiene raíz en movimientos feministas que se gestaron hace ya más de 15 años, reclamando el derecho a decidir de las mujeres. La cuestión atravesó transversalmente a los partidos  políticos, incluyendo al gobierno del Frente de Todos, una coalición que integran las ramas del histórico peronismo, pero también pequeños partidos  y agrupaciones socialistas, comunistas, democristianos, etc. y cuenta con el apoyo de las principales centrales obreras.  El mayor peso político lo sigue teniendo el movimiento fundado en 1945 por Juan Perón, que fue presidente de Argentina en tres oportunidades. En los partidos conservadores y derechistas, prevaleció el rechazo de la ley, pero también hubo excepciones. La disciplina de voto en cada grupo parlamentario, en algunos casos fue alterada por las convicciones personales de cada senador.

La Iglesia Católica

La Iglesia católica argentina claramente tomó posición contra el proyecto, e incluso el papa Francisco, envió un “tuit” poco antes de la votación tratando de influir a los senadores en ese sentido. Fueron los sectores vinculados con entidades o colegios religiosos quienes integraron gran parte del sector “celeste”  frente al Congreso argentino. También estaban presentes grupos evangélicos. Por su parte, corrientes cristianas de base, aunque minoritarias, consideraron que la ley era una medida indispensable para proteger a las mujeres en situaciones límite.

Argentina estuvo pendiente del resultado, en una clara polarización que superaba los límites de lo político. Lo cierto es que con este resultado, el presidente Alberto Fernández ha logrado cumplir uno de sus principales compromisos de la campaña electoral.

Antecedentes

La norma que legaliza el aborto permite la interrupción del embarazo sin justificación hasta la semana décimocuarta de gestación. La Ley vigente de 1921, pionera en Latinoamérica, permitía ejercer ese derecho únicamente a las mujeres violadas o cuya vida corriera peligro. Pero esa norma fue incumplida reiteradamente. Así lo denunció en su dia un completo informe elaborado por decenas de organizaciones sociales, entre ellas algunas de orientación católica. En uno de sus párrafos expresa que “a lo largo de los años, la práctica del aborto legal ha sido sistemáticamente inaccesible para miles de mujeres, adolescentes y niñas que habitan la Argentina, violando sus derechos humanos a la privacidad, salud, de ser libre de trato cruel, inhumano y degradante y de no ser sujeta a discriminación, y en algunos casos, hasta el derecho a la vida”.

Proyecto complementario

El gobierno argentino anunció que espera complementar la ley aprobada, con su proyecto denominado “Plan de los 1.000 días”, que establece una nueva asignación por Cuidado de Salud Integral. Consiste en el pago anual de una Asignación Universal por Hijo para ayudar al cuidado de cada niño o niña menor de tres años. El proyecto está orientado a ayudar en los tres primeros años a la mujer que ha decidido tener a su hijo y que no dispone de medios económicos o apoyo familiar. Este paquete de medidas, ha sido bien recibido por algunos de los sectores que se oponían a la ley, porque abren una posibilidad real a las mujeres que deseen seguir con su embarazo.

Ecos internacionales

Lo cierto es que la decisión del Parlamento argentino, es histórica y tendrá seguramente repercusión en el continente, donde hay países como El Salvador, Nicaragua u Honduras, que tienen una legislación absolutamente represiva sobre el aborto, que en algunos casos, llegan al punto de obligar a concebir a criaturas menores de 12 años que han sufrido violaciones. O aplicar a madres abortistas, condenas  severísimas. La trascendencia de la ley aprobada en Argentina, se confirma también en los ecos internacionales de la decisión. “The New York Times”, afirma que la aprobación en el Senado argentino “fue una gran victoria para el creciente movimiento feminista de América Latina.”. En una línea similar “The Guardian”, británico, afirma que la decisión argentina “es un hito en una región conservadora.” Por su parte en el diario “La Vanguardia” de Barcelona, su corresponsal en Buenos Aires escribe:  “Hace dos años, contra todo pronóstico, los diputados aprobaron aquel proyecto pero fue tumbado en el Senado gracias a los votos de los senadores de las tradicionales, católicas y caciquiles provincias del norte argentino, como Tucumán o Salta.”  En la prensa mexicana destacan que la “marea verde” de las mujeres argentinas, puede repercutir en ese país, donde solo dos estados permiten la interrupción del embarazo.

Un triunfo de las mujeres

El principal mérito en este avance social en Argentina, está en las mujeres que han luchado de forma incansable, retomando principios y razones  de sus antecesoras históricas. Es de esperar que este paso,  tanto tiempo frenado por la hipocresía y el negacionismo, sea irreversible para la sociedad argentina.-

*  Carlos Iaquinandi Castro

   Redacción de SERPAL

  31 de diciembre de 2020

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