28 de Abril – Lecturas peligrosas. Libros quemados, libros secuestrados. Por Hernán Invernizzi. Fotos Eva Chevallier.

Información de imagenLa estrategia cultural de la Dictadura fue necesaria para el cumplimiento de sus objetivos, aunque eso no se limitó a destruir sino también a promover valores. Dos ejemplos que elige el autor de esta nota bastan para comprender la dimensión de la represión y la censura en un tiempo en que los libros también eran perseguidos.
>>>El 26 de junio de 1980 un juez de la Nación ordenó la incineración pública de cientos de miles de libros en un baldío de Avellaneda. El destacamento de la policía bonaerense amontonó una gigantesca montaña de libros del Centro Editor de América Latina (CEAL) y trató de incendiarlos. Pero el fuego no se desataba y fue necesario que varios agentes buscaran bidones de combustible para avivar las llamas. Por fin, la gran pira bibliográfica comenzó a arder y los libros, lentamente, se volvieron cenizas.>>>
* En el Centro Cultural de la Memoria se exhibe la muestra «Desenterrando libros prohibidos» Se puede visitar de martes a viernes de 12 a 21 y sábados, domingos y feriados de 11 a 21. Fuente: Revista Haroldo
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