11 de Diciembre – Se cubren entre ellos. Por: Luciana Bertoia

Pocas veces la intimidad de los tribunales queda al descubierto. La filtración de las conversaciones entre jueces, fiscales, espías y directivos del grupo Clarín muestra el lado B del funcionamiento de la Justicia Federal: lobby, armado de causas, presiones políticas, dádivas y abuso de poder. Una larga serie de delitos o irregularidades que deberían ser investigados por un Poder Judicial incapaz de juzgarse a sí mismo.
Pocas veces la intimidad de jueces o fiscales queda al descubierto. Se dice que los jueces hablan por sus fallos; se podría decir que los fiscales se pronuncian por sus dictámenes. Son muchos los que acceden al off the record con periodistas y pocos los que dejan que sus voces sean conocidas por el gran público. Parte de esa práctica que los enviste con un halo de distancia y secretismo se rompió el viernes por la noche, cuando empezó a circular el link de Patagonian Facts, donde publicaron dos chats en los que cuatro jueces federales, el jefe de los fiscales de la Ciudad de Buenos Aires, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, un publicista, un ex miembro de la Secretaría de Inteligencia y dos ejecutivos del Grupo Clarín concertaban una serie de maniobras para que no se supiera que los magistrados habían viajado gratis -invitados por el multimedio- al paradisiaco Lago Escondido.>
Fuente: Revista Anfibia
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