La pandemia de coronavirus ha intensificado otra: la de la desigualdad entre pobres y ricos, sean personas o países. En este mundo cada vez más interconectado, la respuesta a un virus que no respeta fronteras debe ser cooperativa y justa. “Todo lo que es necesario para conservar la vida debe ser común y sólo el excedente puede reconocerse como propiedad privada”. Maximilien Robespierre, líder de la Revolución Francesa (1758–1794) Estamos en una situación de grave emergencia sanitaria mundial, la mayor desde hace más de un siglo. La pandemia ha provocado casi tres millones de muertes y hay 140 millones de infectados. Pero no es solo eso: hay cientos de miles de personas que pasaron el punto crítico de la enfermedad hace ya varios meses pero tienen secuelas, algunas complejas y persistentes, que condicionan su vida. Solamente en el Hospital del Mar de Barcelona se atienden unos cuatro mil pacientes en el Departamento dedicado exclusivamente a un seguimiento multidisciplinar post COVID-19. No hay acuerdos para decisiones comunes. El sube y baja cotidiano de cifras y medidas preventivas agota a la ciudadanía y termina ocultando la magnitud real de la pandemia. “Muchas fuentes de información están envenenadas. Prueben las noticias antes de tragarlas.” el Roto”    Fuente original Boletín de la Agencia SERPAL Nº 557       Fuente: Agencia APU
https://www.agenciapacourondo.com.ar/salud/liberar-las-patentes-vacunas-para-todos