Nuestra historia es generosa en aberraciones judiciales –y parajudiciales–, pero habría que hurgar mucho en el pasado hasta hallar un nivel tan alto de descaradas violaciones constitucionales y convencionales como el que lucen sin pudor las decisiones que mantienen presa a Milagro Sala desde hace 933 días, en una “cárcel individual” disfrazada de “domicilio”, incumpliendo medidas internacionales y ante la indiferencia de las máximas instancias federales.
Ante todo, a ningún gobernador se le había ocurrido que su mayoría legislativa sancionase una ley ampliando el número de miembros de su tribunal máximo y, días después, nombrase jueces en esas nuevas vacantes a los diputados de su partido que habían votado esa ley y los colegas de los legisladores-jueces les prestasen el acuerdo.
A esto cabe agregar –sin detalle, porque sería largo–, la lista impresionante de parientes en una exhibición nepotista pocas veces vista. >
Fuente: Pagina 12
https://www.pagina12.com.ar/133528-milagro