Emergencia Alimentaria ya, dicen los partidos de la oposición, incluido el que lleva como candidato a Lavagna. Emergencia Alimentaria ya, dice la Iglesia Católica, los movimientos sociales, algunas Iglesias Evangélicas, y ahora también el Congreso.
El gobierno dice que no hay emergencia. Lo acompaña el indescriptible candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto, “el 65 % del presupuesto en planes, piqueteros, multinacionales del cartón”, impresionante, cheee. Y la ministra Bullrich, “que vayan a los comedores si tienen hambre”. ¿Los comedores de quién, del gobierno? Hay organizaciones que tienen comedores, que dicen estar desbordados y que no reciben la ayuda prometida por la ministra Stanley.
Y los trolls y no tan trolls que alimentan el enfrentamiento, la división, La Grieta.
Frases hirientes como las que acompañan la foto de la señora obesa. No se preguntan por qué es obesa, quizá tenga problemas hormonales o glandulares, quizá sea por el tipo de alimentación al que puede acceder con los famosos planes que, dicho sea de paso, este gobierno duplicó, no achicó con la generación de trabajo. Pero así de despectiva, de autoritaria, de mala entraña, es esta grieta que algunos generaron e instalaron en nuestra sociedad. Diferencias sociales que existen, quién lo duda, desde antes de la conformación de nuestra patria. Se trasluce en la dominación y esclavitud de los indios, luego en el avasallamiento a las provincias por parte de la ciudad fenicia de Buenos Aires. Leer mas
¿Y acaso los inmigrantes europeos no llegaron a la Argentina, la gran mayoría, con una mano atrás y otra adelante? ¿O vinieron como turistas y ya que estaban, se quedaron a trabajar y hacer unos pesos? Algunos fueron bien recibidos y otros no tanto, poblando los conventillos. Todos trabajaban, algunos hicieron fortuna y otros fueron mano de obra barata. Todo es fácil de corroborar, está en la historia, por supuesto no en la oficial.
Hay publicadas otras imágenes de los acampantes: con celulares, mostrando carpas de marca o la basura que dejaron en la 9 de Julio. Y aquí una pregunta interesante: ¿no tienen derecho a tener un buen celular, una buena carpa, un buen televisor SmartTV, un lavarropas o aire acondicionado? ¡Ah, no! Eso es para los que podemos gracias a nuestros ingresos, somos “buenos” y vivimos en barrios residenciales. Señoras, señores, la publicidad del consumismo invade todos los hogares, sean ricos, de clase media, pobres o carenciados. Lo que hay que revisar en nuestra sociedad es que no existan los hogares pobres y carenciados, que la torta se reparta de manera más equitativa y que se genere trabajo para poder consumir. Después si alguien decide vivir en una casa bien puesta o una más o menos es decisión de cada uno, hay costumbres que se trasmiten de generación en generación y son difíciles de modificar. Además, ¿para qué las queremos modificar, para que se parezcan a nosotros?
Veo en los apellidos de algunos opinantes que son hijos, nietos, bisnietos o tataranietos de inmigrantes europeos. En general son los que rechazan la inmigración latina, los “cabecita negra”. Muchos son los que se indignan cuando se habla de la Campaña del Desierto y el consiguiente exterminio de los indios que habitaban las tierras conquistadas a sangre y fuego. Pues bien, algunos de los “cabecita negra” son descendientes de ellos, de los “sin patria”, de los que vienen además de la inmigración latinoamericana y que claramente se intenta diferenciar de los europeos, porque “los europeos venían a trabajar”. Muchos de estos inmigrantes trabajan más que los que los critican, pero claro: viven en zonas marginales, lejos de las zonas céntricas de los herederos de la inmigración europea.
Como hijo y nieto de europeos, con una visión totalmente distinta a estos opinantes, yo propongo que abramos nuestros brazos y nuestro corazón para recibir a todas las personas que habitan nuestra tierra, que expresemos ideas que cimenten unidad y no que dividan, que dejemos de profundizar una grieta que no nos sirve, que entre todos construyamos un país con trabajo, desarrollo, oportunidades para todos y que aboguemos por una distribución más equitativa de la renta nacional que generamos entre todos los que vivimos en esta querida patria argentina.
Don Jubilio 17 de Septiembre 2019.