Es muy sencillo. Para que Scioli sea Presidente y no lo sea Macri, hay que unir voluntades, poner entusiasmo, dejar de lado los protagonismos individuales o de secta, círculo, grupo, tal como lo decía Evita y lo consignaba Perón. Es así de sencillo.
Tan sencillo como trazar una estrategia que es Scioli Presidente, todo lo demás es superfluo. La táctica para lograr el objetivo es la movilización de todas las fuerzas: agrupaciones, partidos, sindicatos  unirlas solidariamente para la militancia en función del objetivo estratégico.
Los medios son los que siempre nos convocaron a la militancia, desde la pintada al boca a boca, pasando por los comunicados de prensa, el volante, etcétera, pero nada de ello reemplazará al testimonio personal del militante. Se dice que el peronismo contiene a lo mejor y lo peor. Pues bien, nuestros cuadros, militante y activistas, deben ser los mejores. Ya no hay más rosca, ni maniobra posible, ni agencia de colocación; la cosa es a cara o cruz. Tenemos que ser los más solidarios, los que mejor escuchemos, los primeros en el esfuerzo, los más dispuestos a aprender. Nadies es más que nadies.
Y si estamos dispuestos a aprender, es posible que nos enteremos que algunos pobres votaron con cierta bronca, hicieron una advertencia y hay que saber interpretar ese extraño voto opositor. Es posible que muchos de los que votaron en contra se encuentren hoy confundidos por la magnitud de los hechos que ese voto contrariado causó. También es posible que no admitan haberse equivocado, porque a nadie le resulta fácil aceptar sus propios errores. Cuando digo “nadie” digo a todos. Seamos pacientes, expliquemos sin caer en la verdad revelada y sobre todo sin apelar a la ideología. La ideología – lo ha dicho otro más importante – no es más que una representación de la realidad y en eso nuestros adversarios han demostrado ser expertos en presentarnos un mundo feliz, hollywoodense, Disneylandia, bah.
No pretendamos que se nos de la razón de una. Ni mucho menos pasar facturas de todo lo que se ha hecho. No hemos hecho otra cosa que devolver derechos que estaban, están en el imaginario de nuestro pueblo. No esperemos agradecimiento. Si queremos conducir hay que persuadir, y para eso hay que ser ejemplo. De humildad y de trabajo, y de atención a los reclamos del Otro que es ni más ni menos que la Patria.
Hay que explicar claramente que es lo que está en juego. Si viene el macrismo chau derechos. Con Scioli hay una nueva oportunidad para seguir avanzando. La lista puede ser larga y debe ser tarea conjunta su realización.
Lo que no se puede perder de vista es que debemos dar la más acabada demostración de unidad en la consecución del objetivo que en esta coyuntura decisiva nos ocupa.

Julio Ruiz 31/10/15