5 de Octubre – Así se burló la dictadura argentina de los desaparecidos españoles. Por Danilo Albin.

El régimen de Jorge Rafael Videla alegó sistemáticamente que carecía de datos sobre las víctimas de este país. A pesar de ello, España mantuvo unas excelentes relaciones con los militares.
En la Argentina del terror, la muerte no tenía teléfono ni dirección. Podían fusilarte en plena calle, torturarte en un viejo taller de coches, recluirte en el inmundo sótano de algún cuartel… Todo, absolutamente todo valía cuando descendías al infierno. Hubo también otra forma de castigo: condenar a tus familiares a que nunca jamás supieran qué habían hecho contigo. «Es una incógnita el desaparecido (…) No tiene identidad. No está ni muerto ni vivo: está desaparecido», dijo con la crueldad que le caracterizaba el sádico Jorge Rafael Videla.>
Fuente: Público