16 de Agosto – Página/12 revela por primera vez el caso de «Isabelita», agente de la Policía Federal. Por Luciana Bertoia

Las Madres de Plaza de Mayo, durante una de sus rondas, registrada en 1982. (Fuente: AFP)La espía que estuvo infiltrada en Madres de Plaza de Mayo y lleva 45 años en las sombras
A partir de su legajo, otros documentos y testimonios, Página/12 reconstruye la historia de la mujer conocida como «Isabelita», que integró el Cuerpo de Informaciones de la PFA y durante la dictadura se infiltró entre familiares de detenidos-desaparecidos para sacarles información. Las sospechas por su presunta responsabilidad en los secuestros de la Iglesia de la Santa Cruz. Ya en democracia continuó realizando tareas de espionaje sobre organizaciones políticas y en 1997 llegó a ser una de las responsables de la Escuela Federal de Inteligencia.
Durante décadas, el rostro aniñado del marino Alfredo Astiz fue la cara de la traición después de que se hiciera pasar por hermano de un detenido-desaparecido para mezclarse entre los familiares que buscaban con desesperación saber qué había pasado con los suyos. Pero Astiz no fue el único integrante de las fuerzas represivas o de los servicios de inteligencia dedicado a esas tareas. Una mujer de ojos pardos y cabello castaño —integrante del sombrío Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal Argentina (PFA)— también se infiltró en Madres de Plaza de Mayo para sacar información de las mujeres que le reclamaban a la dictadura la aparición con vida de sus hijos e hijas, según pudo reconstruir Página/12 a partir de la lectura de su legajo, que está en poder de los tribunales federales. A más de 45 años de la infiltración, la historia de esta mujer –que ocupó lugares encumbrados en la estructura de inteligencia de la PFA– permanecía en las sombras. Hasta ahora.>
Fuente: Pagina12
https://www.pagina12.com.ar/473613-la-espia-que-estuvo-infiltrada-en-madres-de-plaza-de-mayo-y-

 

16 de Agosto 2022 Boletín Nº 264 de la CEAM

Boletín Nº 264 de la CEAM. Para verlo sigue el enlace más abajo.
Secciones: Editorial de la Comisión de Exiliados Argentinos en Madrid, Leyes de Reparación del Exilio, Argentina, Juicios, España, Internacional, Opinión, Cultura/Historia Popular. Ver nuestra página. 264-Boletin Nº 264
Editorial del Nº 264: Editorial  264
El túnel y la bayoneta. Por María Seoane
En los sueños siempre regresaba a ese túnel. Y al despertar me parecía seguir oliendo un vapor ferroso que lo cubría todo y recordaba nítidamente que al final un obrero del subte –pero que tenía la cara de mi compañero de estudios en Ciencias Económicas y amigo Eduardo “el Fauno” Capello– me entregaba una bayoneta calada para que me defendiera.
Los sueños tienen la propiedad de no dejarnos olvidar aquello que fue fundante en nuestra vida: la rebeldía de mi generación contra los crímenes de dictadores, el compañerismo, la amistad profunda y la reparación de tantos años de proscripción y arrasamiento de derechos.
Ese sueño me ocurrió de manera recurrente a fines de los años 80, a casi veinte años de sucedidos los acontecimientos, mientras investigaba la historia de la guerrilla guevarista para escribir, tal vez, un libro. Lo cierto es que el sueño rememoraba lo ocurrido la noche del 23 de agosto de 1972, un día después de que fueran asesinados por la Marina, bajo el mando del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa en la base naval Almirante Zar, 16 de los 19 guerrilleros que habían intentado fugarse de la cárcel de Rawson siete días antes. Ese 23 de agosto, cientos de estudiantes quisimos defender el derecho de tres guerrilleros a ser velados –Eduardo Capello, María Angélica Sabelli y Ana Villarreal de Santucho– en la sede del Partido Justicialista en avenida La Plata y Venezuela, en el barrio de Caballito. De permitir el velorio, el general Lanusse, entonces presidente de facto, sabía que miles de argentinos iban a inundar las calles de Buenos Aires el 25 de agosto, justo el día en que se cumplía la cláusula que prohibía –inútilmente– a Perón ser candidato para las elecciones previstas para marzo de 1973.
El miedo a la furia popular lanzó a la policía, al mando del comisario Alberto Villar, con sus tanquetas a arrasar el local del PJ y secuestrar los cadáveres para evitar el velorio multitudinario, seguro tiro de plata para la dictadura lanussista. Esa noche, entre gases lacrimógenos y balas, corrimos a ocultarnos en el subte A, en la estación Río de Janeiro.
Los trabajadores nos ayudaron a huir de la represión por las vías, en medio de la oscuridad, sumergidos en el vaho de humedad y el olor ferroso del túnel hasta llegar sanos y salvos a muchas cuadras de allí. Pero, ¿por qué soñaba además que Capello me daba una bayoneta? Recordé entonces que el 15 de agosto de 1972, solo seis jefes guerrilleros de ERP, FAR y Montoneros habían logrado tomar el avión que los llevaría al Chile aún gobernado por Salvador Allende, pero 19 de ellos no lo lograron y se entregaron ante la presencia de periodistas, jueces, médicos y abogados a las tropas de la Marina, bajo el mando del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa.
En el primer avión que llegó luego de que los guerrilleros se entregaran viajaba el abogado Amílcar Santucho –hermano del máximo jefe del ERP, Mario Roberto Santucho, fugado a Chile– y también el ex coronel Luis César Perlinger, que había comandado las tropas del golpe de Estado contra el presidente Arturo Illia y lo había echado a la rastra de la Casa Rosada la noche del 28 de junio de 1966. Pero ya para entonces, Perlinger era un hombre dedicado a actividades privadas y se había acercado a los movimientos de derechos humanos. Lo cierto es que el ex coronel presenció el momento en que los 19 guerrilleros se entregaron, entre ellos Ana Villarreal de Santucho, embarazada de siete meses, que había entregado, como los otros guerrilleros, su FAL con bayoneta calada. En medio de la confusión, Perlinger pudo acercarse a muchos de ellos al momento de entregarse a las tropas de Sosa.
Y robó la bayoneta calada de su rifle y la guardó como un tesoro. En la primavera de 1989, Perlinger me mostró, como un trofeo, la bayoneta calada de la Sayito Santucho que tenía oculta en un cajón secreto en su casa de Palermo desde aquel 15 de agosto de 1972 cuando ella, junto con sus compañeros, entre ellos Capello, se rindieron en el aeropuerto de Trelew. Un día dejé de soñar con el túnel del subte, con el querido Fauno y con la bayoneta calada del fusil FAL de la Sayito. Fue cuando finalmente terminé de escribir mi libro Todo o nada, más que para contar la historia de una epopeya, para entender por qué mi generación estuvo dispuesta a usar las armas, que odiaba, para lograr una vida mejor.< Ceam, 16 de Agosto 2022
Fuente: Pagina12
https://carasycaretas.org.ar/2022/08/07/el-tunel-y-la-bayoneta/

 

15 de Agosto – La carta perdida de Evita. Por María Seoane

Un mito, se sabe, es inmutable: cada una de sus historias, cada minuto de su existencia póstuma y de su azarosa posteridad, lo alimenta. Tal vez por eso, una tarde de noviembre de 2020, aún bajo los efectos de la pandemia, un mensaje en wasap del querido periodista Carlos Schmerkin, exiliado en Francia desde los años setenta, me alertó: en París se remataba una carta perdida de Eva Perón. La persona a contactar, si estaba interesada en el tema, era el querido físico argentino José Eduardo Wesfreid.>>>
Pero ¿qué tenía que ver un científico con las reliquias de Evita? ¿Cómo había llegado a saber de esa carta? Supe que Wesfreid había nacido en Bahía Blanca en 1945, que había estudiado Matemática y Física en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Que había sido corrido por la represión de la dictadura del general Juan Carlos Onganía en la famosa Noche de los Bastones Largos, en 1966, cuando arrasaron con la extraordinaria quimera de una ciencia propia los heraldos de la oscuridad. Que había partido al exilio a fines de 1976 cuando la noche más profunda de la dictadura videlista arrasó con vidas y bienes de los argentinos. .>>>
Finalmente, el 26 de Julio de 2022, a setenta años de la muerte de la líder popular más amada de la Argentina, en el Espacio Eva Perón del Centro Cultural Caras y Caretas en Venezuela 330, impulsado por la diputada nacional Gisela Marziotta, se presentó la carta y en un acto emocionado se leyó por primera vez al público su contenido en la que logra describir el clima de la recepción en la España de Francisco Franco, tan necesitada de esa visita de la dama “portadora del pan”, la dama que intrigaba por su belleza, por su manera directa de entrar en contacto con los otros, sin intermediarios.>>>
El texto completo de esa carta se puede leer en el espacio dedicado a Evita en Caras y Caretas. Es conmovedor saber que han transcurrido 75 años desde que ella la escribió y que se suponía perdida. A partir de ahora, ese tesoro está en su patria. >
Fuente: Pagina12
https://www.pagina12.com.ar/472977-la-carta-perdida-de-evita