1º de Marzo – Día del Ferroviario se celebra en la Argentina

Cada 1° de marzo y su origen se remonta a 1948 cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón nacionalizó la actividad ferroviaria y creó la empresa estatal Ferrocarriles Argentinos. Gracias a esta iniciativa, el ferrocarril se transformó en un medio de transporte al servicio del desarrollo de las economías regionales con servicios regulares de pasajeros y carga, llegando a operar casi 50.000 km de vías.
Con la nacionalización se rompen los lazos de dependencia que imponía la política Británica en el Río de la Plata, un año después, el 1º de marzo de 1948, una multitud concurrió a la estación Retiro para festejar la nacionalización de los ferrocarriles, que no fue solamente una transferencia de una administración a otra, sino que representaba un hecho soberano e independiente que fortalecía la identidad nacional.
Posteriormente, el Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, inaugurado en la ciudad de Buenos Aires el 29 de agosto de 1857, fue el primero que se construyó en el país, con capitales nacionales y el principio de lo que sería uno de los diez países con mayor kilometraje de red ferroviaria del mundo. Sin embargo los gobiernos liberales y su política de entrega, fueron dejando en manos extranjeras el manejo de los ferrocarriles.>
Fuente: La Trocha Digital
https://www.latrochadigital.com.ar/2022/03/01/dia-del-ferroviario-en-la-argentina/
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Feliz Día del Ferroviario.
Cada 1° de marzo en Argentina se celebra el Día del Ferroviario, esto se debe a que en 1948 cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón nacionalizó la actividad ferroviaria y creó la empresa estatal Empresa Ferrocarriles Argentinos. Gracias a esta iniciativa, el ferrocarril se transformó en un medio de transporte al servicio del desarrollo de las economías regionales con servicios regulares de pasajeros de corta, media y larga distancia además de los servicios de carga, llegando a operar casi más de 50.000 km de vías.
Con la nacionalización se rompen los lazos de dependencia que imponía la política Británica en el Río de la Plata, un año después, el 1º de marzo de 1948, una multitud concurrió a la estación Retiro para festejar la nacionalización de los ferrocarriles, que no fue solamente una transferencia de una administración a otra, sino que representaba un hecho soberano e independiente que fortalecía la identidad nacional.>
Fuente: Rieles
https://www.rieles.com/front/feliz-dia-del-ferroviario/

1º de marzo Boletín Nº 253 de la CEAM- mes de la memoria verdad justicia

Boletín Nº 253 de la CEAM. Para verlo sigue el enlace más abajo.
Secciones: Editorial de la Comisión de Exiliados Argentinos en Madrid, Leyes Reparatorias, Argentina, Juicios, España, Internacional, Opinión, Cultura/Historia Popular. Ver nuestra página. 253-Boletin Nº 253
Editorial del Nº 253: “La(s) guerra(s) y su(s) víctima(s) Por Graciana Peñafort
     Hay una frase que escuchamos reiteradamente, según la cual, cuando se desata una guerra, la primera víctima sería la verdad. Esto lo vimos contundentemente cuando se desató el conflicto bélico en Ucrania. Vimos videos de juegos de animación transmitidos como si fuesen imágenes reales, vimos despedidas que no eran tales y vimos señores haciendo declaraciones muy altisonantes que pretendían justificar y legitimar lo que estaba sucediendo. Como si la muerte y la desolación pudiesen justificarse.
     Vimos inclusive encuestas, como si la guerra fuese apenas un sorteo o un focus group. Incluso vimos chistes de ocasión y teorías paranoicas. Pero lo que vimos poco son explicaciones reales y sustentables sobre las causas del conflicto bélico. Por contrapartida, vimos muchísimos cables de embajadas repetidos como si fuesen la única verdad. Y vimos un verdadero corso en contramano de opinadores mal pagos, que enamorados de las cámaras o pagados por ellas, se dedicaron los últimos días a mandar fruta, diciendo cosas inexactas, dando explicaciones sin fundamento alguno y cobertura de la tragedia —que eso es la guerra— puramente editorializada.
     Yo no soy experta en política internacional, pero tengo el suficiente sentido crítico para darme cuenta de la diferencia entre que me informen y que me operen. En el caso de que me esté informando, me muestran l que pasa y ponen personas que son expertas a opinar sobre lo que saben. Y yo aprendo. Cuando me operan, intentan convencerme de una verdad prefabricada y que construyen como un montaje televisivo. Y no aprendo nada, sólo me enoja porque me doy cuenta de que me están tomando –nos están tomando a todos— por estúpidos. Por poco más que focas aplaudidoras, dispuestas a batir las palmas ante esa noticia pre-digerida y pre-diseñada para que la aplaudamos. Como si lo que pasa en el mundo —nuestro mundo— fuese un traje prêt-à-porter en el que debemos calzar nuestras conciencias y nuestra noción de la verdad.
      Y mientras allá lejos muere gente y llueven misiles, yo sólo quiero que me expliquen y me muestren lo que está pasando y no sacrificar mi criterio propio para encajar en una producción en serie. Porque mi verdad –siempre relativa— no está en oferta y mi conciencia intenta ser lo más libre que pueda y no sujetarse a un modelo standard. Yo quiero entender lo que pasa –lo que nos pasa— y no que me convenzan de nada. Porque ninguna de estas verdades prefabricadas es útil para lograr lo único que realmente importa: que deje de morir gente. Que dejemos de fabricar dolor y esparcirlo por el mundo como una pandemia.
     Estamos en un mundo convulsionado, donde las categorías de lo humano se ponen en duda todo el tiempo. Y como canta Joaquín Sabina, “en tiempos oscuros nacen falsos profetas”. Pero yo no quiero profetas ni que me salven, yo humildemente quiero ser sujeto de nuestra propia salvación. Y para eso necesito entender, no que me mientan en la cara. Y para entender necesito que no maten la verdad – o mejor dicho, mi posibilidad de llegar a ella. Porque esa historia de mentiras termina mal para todos, incluso para los que reemplazan conocimiento por fe absurda. No, no quiero “siete crisantemos en el cementerio / siete negros signos de interrogación”. Quiero que entendamos que la muerte es dolor y destrucción y que no podemos andar sembrando la historia de la civilización con sangre. Con muerte. Con dolor. Con guerras.
     …Aquí, tan lejos de esa guerra, libramos otras guerras, menos sangrientas pero no menos cruentas en términos de humanidad. Una de esas guerras se llamó lawfare, que se traduce como “guerra legal” y significa la pelea entre las instituciones del Estado y la ley del propio Estado. Es la persecución judicial violando las reglas del Estado de Derecho….
Fuente: El cohete a La Luna
https://www.elcohetealaluna.com/las-guerras-y-sus-victimas/
CEA-Madrid, 28 de Febrero 2022