26 de Junio – Los mitos, las instituciones y las cenizas del Bebe Cooke. Por Eduardo Rinesi

Foto: Natalia Pasquino
Un recuerdo de Horacio González. El filósofo Eduardo Rinesi escribió unas sentidas palabras con motivo de la partida del sociólogo y ex director de la Biblioteca Nacional. «Horacio González fue un intelectual fuera de serie porque pensó desde adentro y con extrema lucidez los mitos y las instituciones que habitó», señaló. >>>
>Cuando se cumplieron cincuenta años de la muerte de Cooke, una ceremonia en la costanera norte permitió cumplir con el pedido del delegado del viejo general de que sus cenizas fueran arrojadas al Río de la Plata. Previsiblemente, el viento sopló en el sentido contrario al necesario para que tal designio pudiera cumplirse sin tropiezos, y las cenizas se dirigieron hacia los propios participantes en el acto. Ese día, esa tarde, habíamos invitado a Horacio a dar una charla en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Llegó sacudiéndose todavía los restos de cenizas en su campera beige, mientras informaba, a modo de explicación del gesto: “Vengo lleno de John William Cooke”. En medio del dolor de estas horas, en las que recién empezamos a entender la enormidad de lo que nos acaba de pasar, querría terminar estas rápidas líneas de homenaje tratando de levantarnos el ánimo con el recuerdo de ese chiste genial.>
Fuente: Agencia APU
https://www.agenciapacourondo.com.ar/opinion/un-recuerdo-de-horacio-gonzalez-los-mitos-las-instituciones-y-las-cenizas-del-bebe-cooke

26 de Junio – ¿Por qué el mate se llama así?

Imagen el equipo de mate
Al llegar los conquistadores a estas tierras, notaron que los nativos practicaban el ritual de juntarse a beber una infusión a los que los guaraníes llamaban «caiguá». Esta expresión deriva de los vocablos guaraníes «káa» (yerba), «y» (agua) y «gua» (procedencia), lo que se puede traducir en «agua de yerba».
La expresión «mate», nace del vocablo quechua «matí», que
significa calabaza, que es donde se preparaba el mate. El mismo se tomaba a través de una cañita denominada «tacuarí», en cuyo extremo se colocaba una semilla ahuecada que hacía las veces de filtro.
Por extensión, los conquistadores denominaron de esta manera a la infusión elaborada a partir de la yerba (ilex paraguayensis). Estos tenían la creencia de que era una «hierba del demonio» por desconocer su práctica. Sostenían además que era una bebida de haraganes, ya que los nativos dedicaban varias horas por día a este rito.
La yerba mate debe su sabor amargo a los taninos de sus hojas, es por esto que hay quienes gustan de endulzarlo un poco, y la espuma que se genera al cebar, es causa de los glicósidos.El mate es algo más que una bebida. Es una tradición que vence las costumbres aislacionistas del criollo y empareja las clases sociales… y a través de los tiempos, es el mate quien hizo la rueda de amigos, y no la rueda quien trajo al mate. Y no solo eso, también es un símbolo para todo aquel que se aleja de su país natal (Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil) y encuentra en él una remembranza y un enlace con su tierra.
Nota de la CEAM: Agradecemos a J.D.B.