El Puerto Exterior de Pasaia impactará negativamente en el empleo de los trabajadores portuarios.

Egilea: JB  |  Atala: Prentsa Oharrak

Favorecerá la entrada de competencia internacional y una reconversión que reducirá el empleo a favor de los intereses de las empresas

Un estudio no divulgado de la Cámara de Gipuzkoa realizado en el año 2000, confirma una situación que pondrá en riesgo puestos de trabajo actuales en el caso de que se construya el puerto exterior.

Las consecuencias de la próxima aprobación del proyecto de directiva comunitaria sobre el acceso al mercado de los servicios portuarios, eran ya conocidas por los sectores empresariales que fomentan el puerto exterior. Las características de la instalación, realizada con financiación pública y con medios que limitan las necesidades de mano de obra, la harán apetecible para las grandes compañías internacionales y en todo caso obligarán a los adjudicatarios a aplicar políticas de reducción de costes para competir en precios.

El estudio, titulado “Informe Jurídico sobre el Proyecto de ampliación del Puerto de Pasajes” fue encargado a la Catedrática de Derecho Administrativo Mª Jesús Montoro y al Abogado-Economista Emiliano López Atxurra, y no ha sido divulgado.

Según este estudio, y al intervenir Directivas Comunitarias, “es de obligado cumplimiento que las actividades a realizar sobre el dominio público portuario habrían de estar sometidas a las reglas de la competencia”. Por tanto, concluye el informe textualmente que “los órganos de contratación, han de publicar en el Diario de las Comunidades Europeas el anuncio de concesión según previsto en la Directiva 93/37, con el fin de que el contrato quede abierto a la competencia en el ámbito europeo. Ello con independencia de que el futuro concesionario sea privado o público”.

De este modo, para operar en el puerto exterior habrá de competirse con empresas de toda Europa que podrán aspirar a explotar en exclusiva la actividad del puerto, quedando de este modo abierto a la competencia internacional. Se genera así una situación de incertidumbre para el mantenimiento de los puestos de trabajo y condiciones laborales actuales, ya que las empresas podrían contratar otro tipo de mano de obra más barata y en condiciones laborales precarias. En sentido opuesto se presenta un auténtico y saneado “regalo” para las empresas, financiado con dinero público.

La reconversión de las actividades portuarias impactará negativamente en el empleo

Además de la incertidumbre en cuanto a al continuidad de los operarios actuales por la apertura a la competencia, las expectativas de empleo generadas por el puerto exterior son notoriamente negativas, en opinión de Jaizkibel Bizirik. El proceso de reconversión al que va a ser sometida la actividad, va a suponer una mayor automatización de los sistemas de carga y descarga, mayor dimensionamiento de los equipos y predominio de las mercancías a granel, así como la concentración en un número inferior de barcos. Además, y según proyecto de Euskotren, se pretende enlazar por ferrocarril directamente el puerto con las empresas siderúrgicas. Como resultado, disminuirán las necesidades de mano de obra, tanto para estiba y desestiba como para manejo de barcos (prácticos y remolcadores), y de conductores de camiones. Como anticipo de lo que puede ocurrir, la nueva central térmica que se quiere colocar en el exterior, con casi cuatro veces más potencia que la actual, va a suponer 60 puestos de trabajo según Naturgas. La plantilla actual es de 92 trabajadores.

El problema del puerto es de gestión, y no de espacio. La actividad puede mantenerse y crecer siendo compatible con el entorno urbano

Los argumentos que se utilizan de que el puerto está al límite de capacidad no se corresponden con la realidad. Según las conclusiones del Informe Pozueta, otro estudio oficial que también se ha querido mantener oculto (realizado por la Universidad Politécnica de Madrid para la Diputación Foral de Gipuzkoa), toda la actividad del puerto actual se podría realizar en un 15% del espacio que se dispone. Este estudio también asegura que es posible, mediante medidas simples, reducir de forma significativa las molestias ocasionadas a la población del entorno. Jaizkibel Bizirik considera que estos datos corroboran lo que es el puerto en la actualidad, un almacén de chatarra de productos siderúrgicos de empresas privadas, quedando amplias posibilidades de optimización de la gestión que ahora se realiza. Es por esta línea, y no con la construcción del puerto exterior, donde se puede asegurar la continuidad económica y laboral de la actividad portuaria.

Tampoco se justifican las afirmaciones sobre el incremento de actividad debido a la construcción del puerto exterior, ya que ningún estudio aporta datos de cómo se va a lograr el aumento de la demanda y la diversificación de los tráficos. Estas debilidades se señalan en un estudio de la consultora LKS (también encargado por la Diputación Foral de Gipuzkoa y tampoco divulgado), que en cuanto al empleo generado afirma que “se crean puestos de trabajo, aunque la mayoría de forma temporal”.

Jaizkibel Bizirik anima a los trabajadores a que exijan a la Autoridad Portuaria una información veraz sobre lo que supondría el puerto exterior y sobre la repercusión que tendría en su futuro laboral, así como que lleve a cabo un plan de optimización de la gestión de la actividad, de manera que mejora su situación ambiental y el aprovechamiento del suelo. De esta manera el puerto tendrá futuro.

16 de enero de 2006

Gaiak:

Iruzkina idatzi