Ellas dicen (36): Tres poemas de Angelina Delgado

LA VIDA Y LA PALABRA

1.

A la ida y a la vuelta
mis ojos se prenden
a la panza rota del conejo en el arcén,
macabro presente sobre la línea blanca.
Esa insignificante muerte diaria,
masacre diminuta de topos, erizos y palomas,
recado horrible de lo vivo,
insoportable,
que siempre huye por la rendija de las palabras.

2.

La vida y la palabra
son el suelo y la piedra.
Su amistad guarda un secreto huidizo y pálido
que solo puede gozar
quien desoye las advertencias
y con sus uñas rasga la costura entre ambas,
arriesgándose al picotazo
de insectos enfurecidos,
o a perder su vista en un laberinto mudo
de raíces heladas.


****


ABRAZO DE AGUA

Para M. con quien hablo y a quien abrazo.

Y de pronto
hubo río en ese abrazo,
choque de olas a la altura del pecho,
agua en la garganta
a la misma temperatura que el sudor.
Traías lluvia de varios días.
Anoche tú también caminabas temblando
sobre una línea recta imaginaria,
funambulista a ras de suelo,
la camisa blanca
haciendo luz sobre un pueblo a oscuras.
Anoche tú también temblabas.
Nos abrazamos.
El mundo es un lecho curvo
que hace de cada paso
un atrevimiento.
Solo si cierras los ojos sabrás por dónde caminas.


****


AÑO SALVAJE

Este año viene tan sucio
que yo palabro en latas de conserva
para aliviar la mixtura del plástico podrido,
la raspa y la hoja de lechuga.

Palabro también en el café 
volcado en la mesa,
haciendo río por mi falda 
hasta la alcantarilla.
En los amigos que se traicionan 
en las esquinas de los bares.
En las parejas que tragan piedras
y las eructan en estado de shock.

Mañana las noticias darán cuenta del alcance de los proyectiles, cerrará el ojo de la cámara nuestro propio ojo y ninguna madre nos lavará detrás de las orejas.
                                 
Este año salvaje que convoca a las palabras
y las castiga a la jungla sin cenar.


Tres poemas de Angelina Delgado.

La entrada previa de esta serie aquí: Martha Asunción Alonso.

Las anteriores entregas de la serie "Ellas dicen" aquí.

Ellas dicen (35): Dos poemas inéditos de Martha Asunción Alonso

CARTA ASTRAL
Trois-Rivières, le 2 décembre 2012.


Esta niña ha nacido con una dentadura postiza
bajo el brazo.

Esta niña ha nacido de un gran temblor de manos para pegar el vientre
a los grafitis de las ciudades fronterizas
con ciudades
donde una vez, muertos atrás,
el amor fue memoria que se aprendió en cadena y hojalata,
lengua sin denominación
de camposanto.

Esta niña ha nacido para taparse la cabeza con la chaqueta del prójimo en los aviones
transoceánicos y rezar,
doler por los abuelos del vecino:
por ellos se hizo esparto nuestra estirpe,
se reproduce al fondo de tinajas donde no caben
noches
para un último genio.

Esta niña ha nacido con las islas cargadas. Y da igual que le corten
el cable rojo o el azul. Van por el ADN
el hambre y la distancia: por eso
siempre te estallan en la cara, más tarde o más temprano,
los tiburones
milicianos del poema.
Esta niña

es un negativo de la última fotografía de Robert
Capa.


****


DERECHO A VOTO
Trois-Rivières, le 10 février 2012


¿Cuándo nos dimos cuenta
de que los padres también se pierden?
¿Antes, o después
del lenguaje?
Un día, al decirle a mamá
que estábamos enamorados,
de repente empezaron a existir
las raíces mal teñidas,
el pulso hereditario y los tabúes frente a las puertas
cerradas: Puede ser que los niños, detrás,
hayan dejado de leer
el sol.
Y así fue. ¿Cuándo se dieron cuenta los padres de que no existen
los mapas, de que los hijos
no estábamos hechos para la ceguera
de las manos -o,
al menos,
no más que nadie,
no más que ninguno de los muertos de este mundo-?
¿Antes o durante el mordisco?
Porque el lenguaje es diente entre las piernas, Mamá, y sangra
siempre el poema, lo mismo que el amor.
Aquel día nos dijiste: Ya sois grandes,
pequeños, tenéis derecho
a voto y a la piel.
El derecho a la arruga y a perdernos, a los tintes
y al miedo que se regala al hijo
en los pezones. Leche
negra. Pero
sin que se note.


Dos poemas inéditos de Martha Asunción Alonso.

La entrada previa de la serie "Ellas dicen", y los enlaces a las entradas anteriores, aquí.

Ellas dicen (34): Tres poemas de Mariluz Secilla Souto

Hay una garganta engañada
y imbécil
que canta todos los días.

Peligran los acordes
en un cuello sudado
sin apenas desentonar
baila sola en la despensa
se encierra sin estar presente
se ausenta de los demás.

Tras los ventanales
aparece sobria de madurez
y sin embargo se embriaga
de la niñez de las amapolas
degolladas sin querer
para que no sufran
los latigazos de estar vivas.

El recuerdo es peor que la vida
pero vivir es sufrir el recuerdo del pasado
y la compañía mata de soledad
ausentarse es una opción
cuando hay que mostrarse.


***


El género ocultado en las palabras
la porción de seres sin reconocer
esa mitad que no existe, se vulnera
fácil, como partir las cañas
la hierba es amarilla
el follaje impenetrable
informe patalea la mala hierba
contra los troncos vigorosos
se ha de ser como una línea sin renglón


***

El percal se guarda
a expensas y proclive a desperdiciarse.
Las mesas condimentadas se cubren
de manteles y su uso fertiliza
las estaciones, las de los campos
y las de los armarios, que no escapan
a los azotes de los lustros.

La pared de una casa tiene ojales
por donde se insertan los sufrimientos
de los que habitan sus estancias.
Por cada ventana cerrada
hay un mustio río
y por cada velada persona que intenta
vivir, la cantidad de deshechos prolifera,
y no hay pilar que lo sostenga.

Halla por donde germinar la mala hierba
a manos de un criadero, a tientas
que no la sesguen, antes de surgir.


Tres poemas de Mariluz Secilla Souto.


Las últimas entregas de la serie "Ellas dicen": Nieves Muriel, Elena Berrocal y Sara Torres.

Con anterioridad:

Ellas Dicen (1), que contiene poemas de las poetas Isabel Escudero, Ana Pérez Cañamares, Miriam Reyes, Carmen Camacho, Beatriz Ros, Lola Crespo, Dolores Herrera Uribe, Beatriz Viol, Natalia Ruiz de Almodóvar y Susana González. El número puede leerse aquí. Con palabras introductorias de Mª Mercè Marçal, Adrienne Rich, Sophia de Mello Breyner Andresen, Hélène Cixous, Concha Méndez, Virginia Woolf, Susana Reisz, María Zambrano, Luisa Muraro, María Milagros Rivera Garretas y Sara Ibáñez.

Ellas Dicen (2), que recoge textos de las poetas: Izaskun Gracia, Belén Artuñedo, Laura Giordani, Alicia Martínez, Virginia Villaplana, María Salgado, Celia García, Alba González Sanz, Sofía Castañón y Laura Casielles. Aquí. Con palabras introductorias de Isabel Pérez Montalbán, Blanca Varela, Emily Dickinson, Teresa de Ávila, Wislawa Szymborska, Isabel Escudero, Miriam Reyes, Adrienne Rich, María Ángeles Maeso y extracto de Una revolución inesperada. Simbolismo y sentido del trabajo de las mujeres.

Ellas Dicen (3): con poemas de Sara Castelar, Carmen G. de la Cueva, María Ángeles Pérez López, Almudena Gavala, Céline Rainoird, Tari G.M., Verónica Pedemonte, Pilar Fraile, Lucía Boscà y Sara Herrera Peralta, precedidos de “Otro prólogo, más voces”, con textos de Gloria Anzaldúa, Idea Vilariño, Iris M. Zavala, Patrizia Violi, Clarice Lispector, Hélène Cixous, Alejandra Pizarnik, Lois Keith y Julia de Burgos. Puede leerse aquí.

Ellas dicen (33): poemas de Nieves Muriel

PAISAJE SONORO MIENTRAS LEO A ETTY HILLESUM EN UNA TARDE DE PRIMAVERA O LA HORA DEL TÉ CON HUPFELD Y MI HERMANA

Mientras mi hermana toca el piano, leo en la cama turca el libro de las horas de una joven muchacha judía de casi nuestra edad en el Amsterdan del 41.

El tiempo pasa.
Mi hermana ajena a estas cuestiones se inclina en la lectura de papeles escritos en la lengua que aprendió de nuestra abuela. A contraluz, su gesto leve –los labios apretados– me han sacado de golpe de Westerbork y el campo de altramuces; del brezal como un mar de fondo vallado con espinos; de la vida sin bicicletas y sin árboles.

Mi hermana no toca a Listz ni a Beethoven. Tampoco sabe de la existencia de Misha, pero golpea durante horas las teclas del piano proyectando en la punta de las yemas algo muy parecido en peso al aire que levanta el vuelo de una alondra. Entre nota y nota, el sonido se alarga hasta el vacío.

(De fondo, motores de automóvil; lavadoras; gorrionas en el balcón pidiendo el pan de cada día.)

Yo nunca tocaré el piano, aunque mi hermana también escribe poemas y de joven leyó a Galdós y a Baroja. De joven, ya más tarde, a Ravira y a Basabe; a Champourcín y a Szymborska; a Södergran; a Escudero y a Fedora Aberastury.

Algunas tardes mi hermana canta en nana los versos de su poeta favorita y yo la escucho quedándome dormida al borde de las horas sin sueño, de las tardes de té junto a mi hermana y ese alemán, tan guapo, que ha ocupado la habitación pequeña de la casa.

Él. Se deja acariciar durante horas.
Ella. Ella estudia obstinada cada tarde.

El tiempo pasa. La lluvia fina no cesa, mientras finjo que leo.


****


[DE LA SERIE ESCUCHADOS].


Escuchado a una muchacha que a otra le contaba distraída en el zoco de Dar el Rouadi. Era el domingo previo a la fiesta del Aid el Kebir. Era el otoño del año de la hégira de 1429, 2960 en el calendario tmazight y 2010 en mi vida.


¡Ay! Si Hassan me besara
de nuevo como anoche
yo no sé
yo no sé lo que hago.

Escuchado en los llanos del cortijo de Alcántara o lo que sabe el viento. Era septiembre de un año cualquiera en Dílar. Eran los duros días de la cosecha.


¡Ay! Si yo pudiera hacer
que como entonces
corrieses tras de mí
por entre los almendros.


Otro izran amoroso (Escuchado a las muchachas de Taounil a su regreso del bosque)

¡Ay!, mi amor se va en el barco
cruza el mar sin pasaporte.
¡Quién sabe si volveré a verle!


****


TE PROPONGO ESTE JUEGO


Dejaré mis sandalias
al pie de la vereda
que separa los campos
de mi padre y su hermano.

Haré que voy al pozo y
justo en la bajada de la loma
me inclinaré despacio
me sentaré en el suelo
me quitaré la falda y
esperaré desnuda
que regreses de Badis.

Tu dices en tu casa que vas
donde Abd-lkader
y caminas ligero.
Y buscas mis sandalias
mi sombrero de palma hecho en Adouz
igual que cuando niños
corriendo por el bosque de algarrobos.

A estas fechas de marzo
la cebada es tan alta
que ya alcanza mis hombros
y me roza los pechos de hace días.

Si me encuentras primero,
tendrás que darme un beso.
Si te encuentro primera,
te tocaré despacio.


Di que sí, di que sí,
que jugarás conmigo
hasta que el sol se vaya.


Poemas de Nieves Muriel.
Anterior entrega de la serie Ellas dicen aquí.

Epigramas de la servidumbre (XVII)

El hombre confundía
el miedo con la silla.

Y confundía
si estaba cansado o era
que las piernas caían
más allá de aquel suelo
de tablas carcomidas
y de deudas impagas.

El hombre confundía
la silla con la tumba
y el nombre prometido
de cosas que no estaban
al alcance del tiempo
de su mano amputada.

El hombre confundía:
asustarse, sentarse,
endeudarse, cansarse,
morirse, derrotarse.

Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Emilia Moreno de Arturo Borra



1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

El deseo de las personas por vivir en libertad, de forma solidaria y en sociedades donde la solidaridad, el comunitarismo y el apoyo mutuo rijan es tan antiguo como la de dominar e imponerse; es una dialéctica que siempre ha estado presente y, en este último siglo, no sólo el 15M, sino los movimientos okupa, los antiglobalización y otros han sido la cara de la primera. ¿Por qué no son más quienes se suman? Quizás sea una pregunta para quienes no comparten el ideal libertario como el que impulsa la mejor de las organizaciones humanas; lo que sí es cierto, es que son muchas y muchos quienes lo vienen buscando de una u otra manera, y el que sea difícil encontrarse no debe ser un obstáculo para seguir intentándolo.
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Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a María Prado Esteban de Arturo Borra




1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

El 15-M, en su sector más auténtico y popular, al plantear la cuestión del Estado y el autogobierno, puso sobre la mesa la cuestión central de toda acción revolucionaria. Sin embargo tal idea ha quedado reducida a genial intuición no desarrollada ni materializada en un programa.

La posibilidad de superar la sociedad con Estado requiere un proyecto que tome en cuenta la excepcional complejidad de tal objetivo, pero, a día de hoy, sigue siendo un “estado de ánimo”, una inspiración que no se expresa en propuestas fundamentadas.

El problema es que el pensamiento libertario sigue operando con ideas elaboradas hace más de cien años en una realidad muy distinta de la de hoy. La sociedad actual, de la “información y el conocimiento”, en verdad del adoctrinamiento y el oscurantismo, el fideísmo religioso y la barbarie, no puede ser vencida con proyectos que ignoran la potencia excepcional de los mecanismos de dominación puestos en marcha por los Estados desde la Segunda Guerra Mundial.

De hecho, muchas de las ideas y las luchas que hoy se presentan como anarquistas toman su referencia y sus análisis del bagaje político de la socialdemocracia y aspiran a ampliar el Estado del bienestar como paradigma de la completa felicidad social. La industria de la conciencia, dominada por la izquierda desde hace casi cuarenta años (pronto serán cuarenta años de paz) ha matado casi por completo el pensamiento libre y ha impuesto una visión deformada de la realidad a varias generaciones.

La revista “Estudios”, proyecto en el que estoy comprometida, pretende precisamente, contribuir a la renovación del pensamiento libertario, a su adecuación al siglo XXI por la investigación independiente, autogestionada y comprometida de las realidades del presente. Desde mi punto de vista este es el único camino para obtener una presencia social auténtica y con futuro.

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Ellas dicen (32): cuatro poemas de Elena Berrocal

LA HUELLA

Las voces parecen unirse
para tapar inmensas grietas
de silencio.
Palabras amarillas y dulces y melódicas.
Sonidos incómodos
que escupen los ardores del tiempo.
Pero en todo se parecen
cuando el miedo les roza la boca.
Y caminan juntas
sin mirarse. Tapan las grietas
con la cera de una vela consumida.


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NÓMADAS

Partimos.
El viaje programado guarda cajas
llenas de memoria, llenas
de trastos inútiles
que no caben en un millón de maletas.
Concedemos besos por despedida y olvidamos
las últimas palabras, las únicas.
Todo será distinto
cuando toquemos tierra.
Las horas de luz, el eco del tiempo,
el silencio,
la caída.
Las huellas mudarán de piel
y nunca más seremos extranjeros.


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INERCIA

Soportar
la carga
con el hilo de voz que sobrevive
y es útil para afirmar,
pero no
para cantar.


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CUERPO CELESTE

La Secuencia Principal alarga la vida de la estrella.
El brillo permanece
en el espacio y en la tierra.
Aquí suenan canciones que alargan la espera
con vida o sin ella.
Pero el brillo permanece.


La entrega anterior de Ellas dicen aquí.

Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Antonio Méndez Rubio de Arturo Borra



1. Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

Puede tratarse de un retorno de lo reprimido, de lo prohibido. La “conciencia social” (tanto en su variante micro-cotidiana de “sentido común” como en la más macro-mediática de “opinión pública”) trabaja inercialmente con vistas a una insensibilización, una amnesia y una ceguera con respecto a las necesidades de libertad e igualdad que históricamente ha defendido el “espíritu libertario”. Especialmente en España (pero no sólo) este rastro es un rastro de desmemoria y de sangre, de muerte, pero ante todo es un rastro espectral, desaparecido. Es comprensible que poca gente esté dispuesta a seguirlo. Y es comprensible que quienes nos empeñamos en seguirlo consideremos seriamente la opción de reconstruirlo asimismo de una forma silenciosa y espectral.
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Ocho preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Enrique Falcón de Arturo Borra



1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

Si quieres que te diga la verdad, yo no percibo un especial “regreso del anarquismo”, ni siquiera queriéndolo observar a través de la experiencia colectiva con que entendemos el 15-M. Me imagino que desde esta apreciación habría que hablar entonces de la crisis del keynesianismo en occidente, de la caída del régimen soviético, de la rendición de los estados nacionales a las familias más ricas y a los mercados, o de la incompatibilidad acuciante que existe entre expansión capitalista y naturaleza.

Es cierto que el “No nos representan” del 15-M podría hacernos pensar en esa supuesta vuelta del anarquismo. Sin embargo, hay dos hechos que podrían llevarnos a repensar esto con otros matices. El primero es que ese mismo movimiento también se alimenta de elementos propiamente socialdemócratas que no estarían del todo dentro de sus supuestas filiaciones libertarias. En segundo lugar, sería quizá deshonesto pensar en un “regreso del anarquismo” cuando las prácticas sociales del movimiento libertario vienen de bien largo, desde hace décadas, expresándose históricamente en diferentes circunstancias concretas.

Existe además un tercer hecho sobre el que creo no podemos pasar de puntillas una vez entrados en este nuevo ciclo histórico. El aparente desmantelamiento actual del estado en manos de la voracidad de los mercados pareciera correr paralelo a un regreso del anarquismo, cuando estoy más que convencido que no es más que un espejismo cuidadosamente tramado: el estado, en fin, sigue siendo hoy una de las mejores instituciones con las que poder canalizar los intereses de clase de los más poderosos. El parlamentarismo con el que se pretende legitimar ese estado “recortado” no hace más que actualizar la necesidad de prácticas sociales reivindicadas desde hace tiempo por el mundo libertario. Y ese mundo no podrá recibir apoyos sociales más amplios mientras se siga creyendo que, ante las llamadas “fuerzas del mercado”, es imprescindible apuntalar la arquitectura de lo estatal.

Es decir, en el actual estado de cosas la pregunta que cabría hacerse es: ¿hasta cuándo seguiremos creyendo que la “la fuerza de nuestros votos” cambiará de veras la actual alianza entre estado y mercado? ¿Cuántas catástrofes seremos capaces de acumular para desvelar por fin el rostro actual que se enmascara en ese espejismo de pactos?

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Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Ferran Aisa de Arturo Borra



1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

La situación política y económica actual es propicia para que se produzca la aparición de fenómenos de aspecto o movimiento social, como ya fueron los de signo antiglobalizador de los primeros años del siglo XXI, el movimiento Okupa y otros de signo más o menos libertario que han fomentado o fomentan aspectos como la solidaridad o el soporte mutuo. En este aspecto hay que añadir al movimiento 15-M, que ha puesto en su haber la práctica libertaria asamblearia. Que el anarquismo no haya desaparecido del planeta tierra es todo un fenómeno sociológico; a pesar de todo, el anarquismo, aunque sea en pequeñas dosis, continúa presente en el nuevo siglo. La falta de un apoyo social se debe sobre todo a la fuerza motriz del Estado y de sus soportes para combatirlo directamente de maneras muy sutiles basadas en calumniarlo o ignorarlo, incluso tergiversando los hechos históricos o la memoria colectiva. Por otra parte, la falta de una organización potente, dígase sindicatos o una coordinadora de movimientos sociales y libertarios, constituye el gran hándicap para encontrar apoyos sociales más amplios.

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Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Ángel Calle de Arturo Borra



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1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?-----

Por factores propios: la caída del muro de Berlín y el auge de los nuevos movimientos sociales de los 70 (como el feminismo o la okupación o el ecologismo) tienden a reivindicar formas de autonomía. Factores externos: las élites no se cansan de repetir que hay que apostar por la democracia y el 15M va y pide democracia, pero real. También internet dinamiza a los movimientos más horizontales.
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No es un retorno a formas anarquistas, aquí hay comunitarismo, cuidados, etc. y se comparte una hipersensibilidad frente al poder que lleva a explorar formas de democracia desde abajo, o emergentes.
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Ellas dicen (31): Tres poemas de Sara Torres

I

Allá las hienas van dibujando espirales
con su trote enloquecido
en torno a la mujer que te mira.
De sus bocas un aliento
es densa carcajada o niebla.
Es la mancha en la pupila
de la mujer que miraba
y ahora borracha de ese aliento
con la voz de la cobra en el oído
se convence de que no estabas al otro lado.


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"MI" DENOTA POSESIÓN

Tu mujer ha cocinado el pan
ha servido el pan de tu harina
en la mesa de otro
y juntos han comulgado con ese pan.
Idéntico ritual, mismos gestos.
Tu mujer ha cocinado para otro
con la harina del que hubiera sido vuestro pan.

¿Tu mujer?
¿Tu harina?


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ENTRE ANIMALES

Eres hermosa como la piedra
Oh difunta
Oh viva oh viva eres dichosa como la nave
Esta orquesta que agita mis cuidados como una negligencia
como un elegante biendecir de buen tono
ignora el vello de los pubis
ignora la risa que sale del esternón como una gran batuta

Vicente Aleixandre


Decías:
qué pensará este perro
de dos monos aquí fumando.
Apenas vello y vestidos
un cordel de lomo a lomo
partiendo levísimo en dos las espaldas
Nada del cuarto a lo lejos
los sexos desnudos sobre una manta gruesa
en sereno segundo plano
Preeminentes los ojos, la boca enramando palabras
el ralentí de la tarde
bella desnudez tranquila
que se avanza como un mercurio
de aromas dulces entremezclándose

Qué pensará este perro
-habías dicho-
de dos animales tan lentos
tan cebados el uno del otro
en somnolienta felicidad.


Para seguir la serie "Ellas dicen":

Ellas Dicen (1), que contiene poemas de las poetas Isabel Escudero, Ana Pérez Cañamares, Miriam Reyes, Carmen Camacho, Beatriz Ros, Lola Crespo, Dolores Herrera Uribe, Beatriz Viol, Natalia Ruiz de Almodóvar y Susana González. El número puede leerse aquí. Con palabras introductorias de Mª Mercè Marçal, Adrienne Rich, Sophia de Mello Breyner Andresen, Hélène Cixous, Concha Méndez, Virginia Woolf, Susana Reisz, María Zambrano, Luisa Muraro, María Milagros Rivera Garretas y Sara Ibáñez.

Ellas Dicen (2), que recoge textos de las poetas: Izaskun Gracia, Belén Artuñedo, Laura Giordani, Alicia Martínez, Virginia Villaplana, María Salgado, Celia García, Alba González Sanz, Sofía Castañón y Laura Casielles. Aquí. Con palabras introductorias de Isabel Pérez Montalbán, Blanca Varela, Emily Dickinson, Teresa de Ávila, Wislawa Szymborska, Isabel Escudero, Miriam Reyes, Adrienne Rich, María Ángeles Maeso y extracto de Una revolución inesperada. Simbolismo y sentido del trabajo de las mujeres.

Ellas Dicen (3): con poemas de Sara Castelar, Carmen G. de la Cueva, María Ángeles Pérez López, Almudena Gavala, Céline Rainoird, Tari G.M., Verónica Pedemonte, Pilar Fraile, Lucía Boscà y Sara Herrera Peralta, precedidos de “Otro prólogo, más voces”, con textos de Gloria Anzaldúa, Idea Vilariño, Iris M. Zavala, Patrizia Violi, Clarice Lispector, Hélène Cixous, Alejandra Pizarnik, Lois Keith y Julia de Burgos. Puede leerse aquí.

Diez preguntas sobre el anarquismo: una entrevista a Antonio Pérez de Arturo Borra



1) Al menos en la Europa de la última década algunos movimientos sociales –tal como ocurre con el movimiento 15-M- han reactivado de forma más visible un cierto espíritu libertario. ¿Qué factores inciden en este retorno del anarquismo? De forma inversa: ¿por qué ese espíritu libertario no cuenta con apoyos sociales más amplios?

Primero tendríamos que ponernos de acuerdo en la terminología. Por ejemplo, ¿qué significa “espíritu libertario”? Para los gringos, libertarian es sinónimo de ultra-neoliberalismo por lo que, para no confundirnos con el sentido europeo de esa palabra, mejor lo traduciríamos por libertariano. Por otra parte, en Latinoamérica, libertario tiene un significado muy amplio derivado de las gestas emancipadoras del siglo XIX; podríamos traducirlo como “libre” a secas, sin demasiadas connotaciones políticas. En España, libertario es sinónimo de anarquista pero el anarquismo es una visión del mundo que alberga una infinidad de interpretaciones, la mayoría científicas aunque tampoco faltan las metafóricas: si no todas, ¿cuál o cuáles encarnan el “espíritu libertario”?

Sea como fuere, el factor que más ha incidido públicamente en ese supuesto o real “retorno del anarquismo” ha sido la implosión de la URSS –y, antes, el Mayo 68-. Al mejorar la información y la comunicación horizontal, Internet ha facilitado la autonomía individual constituyéndose así en otro factor libertario. Y, hasta cierto punto independientemente de estos factores obvios, las revueltas del 2011 han adoptado métodos asamblearios directos (es decir, libertarios) e incluso han cuestionado ese concepto de representatividad que, en la democracia al uso, se entiende como delegación. Implícita o explícitamente, han comenzado inspirándose en las experiencias libertarias pero aún no podemos saber si evolucionarán siendo fieles a su origen o si degenerarán hacia el reformismo.

En cuanto a los “apoyos sociales” del espíritu libertario, podemos ver el vaso medio lleno o medio vacío porque la Humanidad es medio altruista y medio egoísta, mitad racional mitad irracional, en parte libre y en parte esclava. Si entendemos el anarquismo no como un producto político materializado (e hipotéticamente mercantilizable) desde finales del siglo XIX sino como filosofía, su ‘apoyo social’ sería inmenso y atemporal puesto que incluiría desde el arte hasta la delincuencia a pecho descubierto.

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Diez preguntas sobre la urgencia: una entrevista a Eduardo Milán de Arturo Borra



1. Para muchas personas la poesía se ha convertido en un lujo que -habida cuenta de sus urgencias vitales- consideran que no pueden permitirse. ¿Qué cabe esperar de quienes consideramos más bien que la producción poética forma parte de esas urgencias? O, para repetir la pregunta de Hölderlin: ¿para qué la poesía en tiempos de penuria?

La pregunta de Holderlin es fundamental no sólo para la modernidad en que se conceptualiza. ¿ A quien se sirve? Los dioses de Holderlin son el orden, la explicación, la trascendencia, la posibilidad Otra. Pero también lo que escucha, lo que oye. Con quien se dialoga. Para Holderlin se sirve a ese condensado de atributos. Pero en plena secularización, para un poeta, un dios se parece a un lector. O sea, el verdadero poeta -y es difícil esta categoría- no sirve a nadie. Es lo bueno. Pero hay poetas -y eso no quiere decir que sean falsos sino que para mí quiere decir que no cumplen con la dignidad de la poesía- que sirven al lector. El sueño de la mercadotecnia, el sueño del espectáculo -eso propio de ciertos novelistas, de actores, políticos y cantantes de rock: celebrities-- no escapa a nadie. Por otra parte, diría que no cabe esperar nada de quienes consideramos -yo al menos- a la poesía no como una urgencia sino como una necesidad luego de un azar, como un destino aceptado luego de ciertas contingencias que señalan rumbos. Pero decir o preguntarse “qué cabe esperar” es como creer que hay algo de elegidos -secretamente, en voz baja, murmurado porque carece de prestigio en el mundo real- en los que escribimos poesía y somos poetas. Lo que está en juego hace tiempo es lo humano. Y luego, de ahí, lo mejor de lo humano que puede ser la creación. Pero hay que precisar: la creación de buena calidad. También abunda la mala. En esta época es dominante.

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Ellas dicen (30): Tres poemas de Sara Castelar

EL ULISES

Mi infancia se encorva a mi lado. Demasiado lejana como para que yo la toque una vez o levemente. La mía es lejana y la suya secreta como nuestros ojos. Los secretos, silenciosos, se sientan pétreos en los oscuros palacios de nuestros dos corazones: secretos cansados de su tiranía: tiranos deseosos de ser destronados.
“Ulises”, James Joyce


Y tú, que bebiste del cieno como un perro sediento
y fuiste equilibrista del aire entre las balas,
que caminaste bordeando el fuego para acabar quemándote los ojos
y forjaste el abandono de la noche en la tiránica desposesión del mundo.
Sí, el perseguidor que se persigue solo y no se encuentra nunca,
el que habla del mar porque la tierra cuenta verdades a los árboles
y ellos saben crecer bajo los pasos para arañar el alma
o aquél gris carpintero del insomnio
que amaba las termitas creyendo en la madera.

No vengas en la piel del mendigo a reclamar el pan de los que pierden,
tú no naciste al rezo que se esconde bajo la lengua seca de los años,
ni sabes en qué idioma se afilan las mentiras
para clavarse al miedo y suceder,
y suceder sin más en las ventanas como un brote de muérdago,
besado hasta el cansancio en corrillos de viejas.
Ya se deslizó Penélope por la parte más blanda de mis piernas
mientras Ulises mira el contorno de Ítaca en el mapa difuso de su ombligo.

Qué tristeza de aquellos que nunca entenderán el norte de la brújula,
qué tristes hijos sordos irán por sus herencias
cuando acabe la noche
y ya no queden débiles que les yergan estatuas,
no,
para la nada, sólo la nada es suficiente.

Dime, dímelo tú
que llevas en los ojos la confusión y el arco:

¿Quién podría quitarme ahora
este derecho mío a la tristeza?



****


EL PUENTE DE SIRAT

Abandone toda esperanza quien entre aquí
Dante Alighieri


El anillo del miedo sigue escupiendo piedras
y en esta ciudad crujen cementerios en la nuca,
sólo el llanto distingue la tierra del cemento
donde crecen frutales como niños desnudos,
livianos como tallos de orquídea
y solos, solos como el lenguaje de las enredaderas
sobre la rigidez de las paredes.

Llueven irregulares cantos en las voces del mundo,
los tiranos descansan sobre la palma de la mano izquierda
y putas de uñas rojas arañan los blasones
sobre los que se duermen,
llueven señores de la guerra en patios de colegio,
aquellos que empuñaron los pájaros del frío
para construir la muerte.

Abandone la fe ese corazón que osara ser de carne
que supiera del limbo silencioso donde la sangre ruge
tan fértil y distinta,
todas las geografías se contorsionan a las puertas
de una tierra sin nombre, deslabrada
donde un niño asustado reclama a Beatriz entre cadáveres.

Hay aleteos de manzanos en las aceras frágiles de Gaza,
escucho la palabra que nunca llegó ilesa
a los labios del huérfano,
escucho su esqueleto cayendo de lo oscuro
a la ciudad que grita
y llora
y pesa como un muerto.
El puente de Sirat emerge de la tierra,
sobre el alambre caminan sin edad ciegas legiones
y están cayendo flores al infierno.



****


EL PULSO II


Tengo la voluntad arrodillada
y escarbo con los dedos la conciencia
de amar en lengua viva.

Resbalan los meandros de la noche
sobre mis tiernas vértebras,
el duelo,
la música,
ese temblor de agujas cimbreantes
que estalla en la garganta de los mirlos.
Qué inmensa pequeñez me sobrecoge.

Renazco en el arrullo de la bestia
y sigo siendo frágil,
me cabe entre los ojos la desnudez entera
esa palabra-espina que puja por la rosa,
el miedo,
la vena retorcida de la noche
sangrando oscuridad.
Estoy mordiendo a gritos la belleza.

Lo no visible crece
un animal impuro dibuja sus contornos
y el corazón se enciende de lirios y de sables.
Es la hora del pulso:
el instante marino de la tierra
donde los cuerpos gimen su contrario.

Se duele el tiempo escrito
como una herida incierta en los relojes
como un retal de lluvia en la cartera.

¿A dónde van mis alas?
¿Qué invierno han inventado los cristales?

Me habita una mujer de triste lengua
una mujer pequeña
perdida entre millones de mujeres,
la única visible.


Tres poemas de Sara Castelar, los tres de su libro "El pulso" (EH, 2010).

Ellas dicen (29): Tres poemas de Carmen G. de la Cueva

FRAGMENTOS

Sé que los muertos
huelen a moho

mi voz es la voz del pájaro,
su silencio es mi muerte

si te pierdes,
busca asilo en mi boca
donde está la huida

que los pájaros vuelan
en bandada
y cuando llega el fin
morimos solos.


****


LA TENTACIÓN DEL FRACASO

Dicen que la soledad se hace rotunda
cuando uno escribe para entorpecer la muerte
y se suceden intentos por cobijarse en los precisos
contornos del abismo

entonces te preguntas
para qué nombrar el miedo
para qué las palabras como pasos
si son certeros los designios de la sombra

ya ves,
somos ceniza y escribimos los recuerdos como viejos
[con las manos hechas de memoria]
crecemos y de los sueños solo queda desaliento

Aprendimos que nombrar el tiempo significa
fragmentar la luz del horizonte.


****


LA HERIDA. LA SOMBRA.

Parece que no existes
te escondes adentro
tras la húmeda frontera
de la garganta
jadeas
hendida en la carne
siembras semillas
en los huesos

cuando despiertes será tarde
quedará el rastro
del cuerpo donde
una vez aprendimos
el hambre y el frío
al borde de los campos.



Tres poemas de Carmen G. de la Cueva.

Ellas dicen (28): Tres poemas de María Ángeles Pérez López

PODRÍA ahora,
mientras un hombre duerme aquí a mi orilla
remontarme por el río de la sangre
hasta la piedra primera de mi especie,
hasta el vértigo inicial de una mujer ceñida
por los signos, apenas descifrables,
que fueron roturados en su cuerpo.
Mi madre, y la suya, y la suya de la suya,
se agachan despacio y miran en silencio,
se acuclillan despacio.
La mujer que es primera de mi genealogía
calienta en su entraña aquello que rezumo:
la tintura más roja de la sangre,
el ocre de la piel sobre sí vuelta
hasta alargar las manos y el deseo,
ese blanco sin adjetivos de las lágrimas
o la leche que nace por sí sola.
La palabra es una excrecencia más tardía,
no nos ha sido dada por igual,
ni siquiera en mi origen más cercano
se encuentra el don de hablar y conjurar la muerte.

Por eso estoy condenada a nombrarlas a todas.


De Tratado sobre la geografía del desastre (1997)


****


DOS PIERNAS, dos rodillas, dos tobillos,
los dedos diminutos de los pies
que son tan parecidos unos a otros
y suman sus falanges en parejas,
los huesos semejantes, sucedidos
y su contaduría vertebral
para escribir el peso o el fulgor
son nómina y carbón en papel copia,
perfecta simetría con que el cuerpo
busca no estar tan solo y se consuela
del lunes y su abrazo envenenado.
Por eso se acompasa en paridad,
escruta sus meninges, sus alardes,
su tiempo entristecido y concluyente
y cuenta sus costillas mientras gime,
porque es inmensa la llanura sola
y el sol está tan lejos como el mar.
El día en que nos faltan los afectos,
palabras olvidadas como trébede,
justicia, lapicera o resplandor,
cuando estalla la flor de la torpeza
y aroma los manzanos al troncharse,
el cuerpo se conforma como puede,
busca su concordancia, su acomodo
para la ley de las compensaciones
y balancea su peso duplicado
por el estrecho beso de lo dual.
Tan sólo los impares desiguales
-el sexo, el corazón o la cabeza-
revientan en su plomo solitario,
reclaman con ardor para la sed
y exigen de algún modo compañía,
un canto en que se enreden otras voces
haciendo más liviano el universo.

(de La ausente, 2004)


****


Para Ana Orantes, a quien su ex marido prendió fuego un 17 de diciembre de 1997.


LA MIRADA insolente
es una forma aguda como un clavo en la tierra,
contiene una porción horrible de sí misma
y apenas imagina
la depauperada humillación de estar
como si no,
del cuerpo que se arruga
y se encoge en su nudo primerizo
volviéndose ceniza, haciéndose invisible
materia degradada por el odio,
la paja que se prende con blandura.

La mirada insolente
acompaña a la mano, a la pierna insolentes
para apresar el cuerpo con el garfio del miedo,
con cuerdas y cordeles y sogas y correas
de miedo, y aún más miedo
porque ella está tan sola y ya vencida,
herida de la queja y azotada
con el tizón de espanto que lleva el que es su ángel
del mal o de la ira.

La violencia insolente
hace temblar los márgenes del cuerpo
y en su lenta combustión como de encina
la tinta de las venas escribe ese calvario
cuando era profanado el templo de la carne
y en el aire se anotan garabatos, graffitis
con la voz enfangada y sucia de ese grito
que calcina los labios, las cuerdas de la boca,
"porque yo no sabía hablar
porque yo era analfabeta
porque yo era un bulto
porque yo no valía un duro".

Oh cuerpo de papel para la hoguera.

(de El ángel de la ira, 1999)


Tres poemas de María Ángeles Pérez López.

Ellas dicen (27): Tres poemas de Almudena Gavala

LA RUEDA de la fortuna vuelve arañando los riñones
donde descansa mi vida,
y me remueve el pasado no escrito
hasta vomitar todos los deseos.
No he pedido perdón al destino por haberlo traicionado
y me señalo, violentamente, en todos los rincones
porque el negocio se ha traspasado,
porque los fallos apagan el juego.

Desde este momento tiraré los dados a las líneas de tu cuerpo.
Tu trabajo será estar ahí, estar ahí, estar ahí,
estar ahí, hasta desfallecer.


****


A VECES no me soporto.
Entonces me quito el vestido
y me araño las cicatrices,
luego soplo las brasas
que arden en mi mano
y en dos suspiros pienso
que he muerto por un segundo.

En ese momento abro la cajita de música
y me seco las lágrimas del pecho.


****


SIN TREPAR por las paredes llegaré hasta donde pueda
porque no tenemos la misma meta
ni he de seguir tu camino.

Si te fijas en mi cuerpo
tendré los arañazos y las patadas de la experiencia,
cicatrices que identificamos con el tiempo.

Y, aún así, tendré que decir que he vivido poco
y que otra vez, empezaría.


Tres poemas de Almudena Gavala.
Se la puede seguir en su blog: La autocaravana
.

Epigramas de la servidumbre (XVI)

Imagina los peores daños:
eso nos amenaza.

Luego haz la cola en la caja
y paga.
Paga por un crédito de olvido
y olvídate del daño
de la amenaza
de imaginar.

Algunos comentarán
que el final está cerca.
Otros, que ya llegó.
No hagas caso.

Haz la cola en la caja.
Espera tu turno.
Olvídate en cuotas o al contado.
Paga.

El final no llegó ni está cerca:
el final dura
tanto o más
que el agravio:
el final dura hasta el final.

Y no habrá aplausos.

Ellas dicen (26): Cuatro poemas de Céline Rainoird

BUCEAR

soy poeta:
buceo en la sangre

- a veces me atraganto en lo rojo
y toco de cerca los huesos de la muerte -

luego dejo
que mi cuerpo vuelva
a la superficie

como el recién nacido
que al respirar por primera vez
sabe lo que deja atrás
en el líquido que escupe

y entra en el baile


****


CAT ARE SIX

versos y versos
y migas de vida
unas y otras veces
me acompañan
y me sanan

bendita poesía.


****


VIVIR

Cerrar los ojos, respirar, respirar hondo
y sentir cuán lejos de casa se está

atreverse, lanzarse a ser, en fin,
sí misma, escuchar lo que dicta
el compás del corazón,
amar


****


CUANDO LES DIGO QUE ESCRIBO POESÍA quieren leerla.
cuando la han leído ya no dicen nada
una pregunta que me hago qué entienden por poesía?
no saben que puede ser una piscina llena de cuchillos
y que sirve de algo aprender a nadar?



Cuatro poemas inéditos de Céline Rainoird.
Conduce el blog poético bilingüe poétique de l'épluchure.

Ellas dicen (25): poemas de Tari G.M.

CAMINO

Los sueños de la tarde despiertan a los de la mañana,
conquistar un horizonte es divisar otro.

****

INJUSTICIA

Considero que ser mujer es un privilegio
del que, por desgracia e injustamente,
sólo goza la mitad de la población.

****


El aullido de todos los que son y se les niega.

****

No sé medir el dolor, no sé si aumenta o yo disminuyo.

****

El tiempo está tejido de ansiedades.

****

Tiempo implacable que alisa montañas.

****

¡Cuántas palabras para un mismo desconcierto!

****

Océanos de dicha perfecta.



****

EQUILIBRIO

El hombre mira al cielo y siente paz, contempla las estrellas y se sabe parte de ellas. Le iluminan desde dentro.

En el día, mira sus huellas en la montaña, junto a las del zorro o el jabalí, las aves o los reptiles, y se sabe uno más.

El bosque y el río hablan su lenguaje, amigos del silencio y el viento.

La música armoniosa de todas las partes que forman y contienen el todo.



Poemas de Tari G.M.

Epigramas de la servidumbre (XV)

a veces me encierro en el eco de un silencio
y escucho
nada más que el tormento de las repeticiones

otras veces me encierro en las ruinas de un silencio
y hablo
por las paredes que retumban en
las paredes que retumban

otras veces me encierro en el silencio del silencio:
y olfateo nomás
el humo
de un fuego que no ardió

cuando abren la puerta de la trampa
hay como un ruido alrededor
y pareciera
que el encierro fue
la mejor de las fugas

Ellas dicen (24): 3 poemas de Verónica Pedemonte

LA ESPINA DE UNA PASIÓN

Unto tus sueños de miel
la verja oxidada
los peldaños de la escalera.

Unto tu rostro de miel
tus pies, tu cuerpo,
me clavas tu aguijón
y ofreces
un corazón apócrifo.


****


EL ESTE

¡Limosna para el pobre!
grita un viejo corsé
en una calle de Varsovia.

Pagado de ti mismo
entras en el burdel y dejas
tu huella miserable.


****


RULETA RUSA

Bajaste en vertical hasta su cuello.
Se movió la ruleta, la bala que guardabas.
Las horas de su reloj te pertenecen.
Hay una mujer grave frente a ti.
Con un vaso en la mano
te reclama su sangre.



3 poemas de Verónica Pedemonte, de su libro "Ochenta mundos en un solo viaje".

Epigramas de la servidumbre (XIV)

Pobre del que se piense que
ganarse la vida
es algo definido
en la lotería biológica de la fecundación,
la concepción,
el parto.

Pero más pobre, aún, el que piense
que el resultado del sorteo
será dado a conocer
el día de la muerte:
como un destino,
como una posteridad.


Coda:
Si ser creativo es una ilusión cotidiana:
ilusiónate cada día
aunque esto también pueda ser algo
un tanto pesimista.

Ellas dicen (23): 3 poemas de Pilar Fraile

1.

al atardecer bajamos a jugar al vertedero. entre el moho y el ácido clorhídrico. patas de insecto. siempre a punto de cortarnos con tapaderas oxidadas. a punto de contraer enfermedades. de tener las rodillas adornadas de pus.

las ratas llegan en manada. se zambullen en los neumáticos casi convertidos en arena. sobre los restos de petróleo y plástico derretido alimentan a sus crías.

el resto de animales minúsculos anidan a la orilla de ríos de ácido magenta y amarillo. humeante savia que baja hasta el borde de la montaña de desechos.
de pronto ya no hay luz y alguien pregunta qué hacemos aquí. el miedo nos sorprende en medio de la risa.


****


2.

los cazadores aparecen en los días más fríos del invierno. huellas de barro en la entrada de la casa. cuerpos de pieles grisáceas que cuelgan de los ganchos oxidados de la pared de la cocina. cercos rojizos en la mesa de madera que gotean por las rendijas y caen al suelo.
dibujos de estrellas. dibujos de animales marinos que hemos visto en sueños. esa misma noche.
las mujeres se mueven deprisa y en silencio. los cazadores se han sentado junto al fuego y miran con unos ojos que no hemos visto nunca. hay algo rojo también en sus miradas. algo que gotea y duele.
las mujeres arrancan las pieles. cuelgan de nuevo los animales en los ganchos y se encierran allí con todos los ojos negros desprovistos de luz que miran sombra yaciente sobre la tierra.
los cazadores empiezan a levantarse a emitir sonidos guturales a tocarse con deleite algunas zonas del cuerpo.
entonces corremos a escondernos en la cocina. entre sus paredes resbaladizas y agrias. cubiertas de grasa y moho. donde las mujeres vuelven a hacer de la muerte algo comestible.


****


3.

en ocasiones nos acercamos a la ciénaga. despacio.
con cuidado de no rozar las ortigas. contenemos la respiración para que el veneno no penetre en la sangre y las avispas no huelan el sudor.
el terreno se reblandece a medida que nos acercamos y hay que quitarse los zapatos y sostenerlos en la mano.
una vez en el lodo caminamos más seguros. como animales anfibios. con branquias. fluctuante sonido del barro a medida que nos adentramos en las partes más oscuras y frías de la ciénaga. risas nerviosas. chirridos de pájaros atrapados en los arbustos. anegados por la última crecida.
y de pronto la sensación de que alguien. de que algo se ha hundido en el barro.



Tres poemas de Pilar Fraile, de su libro inédito "Cerca".

Ellas dicen (22): 3 poemas de Lucía Boscà

Ser tierra,
surcos arremolinados
de tanta espera, daño
de lo indecible. Ser
entre el deseo y las huellas.
Extender la mano, perfilar
vigilias de un duelo
que hoy tampoco
termina ni
para nuestros muertos.


****


Y nunca hubo menos,

la verdad fue dicha
justo ahí. Otro
silbo sin desconcierto
en la espalda de un padre,
una piedra envuelta
y otro motivo más.
La tierra no era de este mundo.
(No del nuestro).
Entonces, alguien leyó y,
como si siempre hubiésemos estado
en la misma tierra, la tierra
-esa tierra- comenzó,
de pronto, a pedirnos perdón.


****


Mirar desde aquí

es más fácil.
O ser recuerdo.
¿Hay ausencia en la belleza?
Desde aquí
el sauce llueve
en su jardín infinito.
Desde aquí las hojas,
la verticalidad.
Entre sus ramas
tirita un pájaro de cristal,
imperceptible, invencible,
como un cuchillo.



Tres poemas de Lucía Boscà.



(Serie Ellas dicen:

Veinte de las autoras hasta la fecha en la revista del MLRS: Ellas dicen (1) y Ellas dicen (2)
Y aquí los poemas de la autora anterior en esta serie).

Ellas dicen (21): Tres poemas de Sara Herrera Peralta

[Daumesnil]

Se asemejan las libertades.
Materias contenciosas: el peligro de ir en línea recta.

En esta parada dibujamos círculos de oxígeno para el horror de la existencia.

Aún quedan esperanzas clavadas en los jirones del vagón.
Y entonces sobreviene el porqué de las cosas. De todos los sueños.
Casi dormidos. Sin estar alerta, podremos todavía imaginar.

Hay rastrojos y escombros en sus párpados,
pero el vagabundo sabe de dónde vino.

El futuro es un vagón de metro.

Sonámbulos que gritan: vagabundos.
Quizá
sean los únicos que conozcan, a ciencia cierta,
su destino.


****


[Place d’Italie]

Desde el horizonte, el cristal de esta ventana,
las minúsculas lentes de todos los ojos, de todas las almas,
sin que el sol llegue, sin que caigan los rayos de luz semi-transeúntes,
se van cerrando.

Vamos hacia un sendero insospechado, pero nada importa.
Cada vez que la ciudad se sumerge y los lagartos buscan su casa, esa casa malherida,
y las hormigas corren, los reptiles dan marcha atrás y todos a la vez enmudecemos,
el vagón se para.

Ritmo de lejos. Dejé a todos los mamíferos llorar por nuestros muertos.

Ahora sus casas son mi casa y no pertenezco a ninguna estancia
que no sea la suya.

Creí en el dolor de los que lloran
y ellos me enseñaron que la vida se hace con remiendos.

Sonidos estridentes. Bombas azules.

La verdad, no tengo fe en los diagnósticos.


****


[Raspail]

Esta parada está próxima al atelier de Giacometti.
Retratos intimistas. Cultura japonesa.

Castillos en ruinas, brasseries, pintores, poetas.
No existen héroes integrados en la historia de estas calles.
Son hombres mundanos, mujeres desconocidas.

Los vagones siguen tan sucios,
el cansancio permanece en los ojos, infinitamente apreciable.
Las cicatrices están marcadas en los cristales y el vaho forma las páginas
de aquellos que, con hierro y tinta, crearon la luz. Las luces.

Aquellos que ocultan su valentía ante la vida
lo hacen por un miedo patológico.

Chagall, Soutine, Miró, Kandinsky, Picasso, Hemingway,
Sartre en reposo. Qué dirían hoy los exiliados políticos,
los vanguardistas. Cocteau. Stravinsky.

Nos da miedo indagar.

Echamos de menos nombres de mujeres.

Otra luz. Otras luces. Aquí.
Ahora.



Tres poemas de Sara Herrera Peralta, de su libro "De ida y vuelta" (Difácil, Valladolid, 2009).
Aquí su blog.

Epigramas de la servidumbre (XIII)

¿Y cuándo
nos será dado
el descanso?

No el de la cuerda de la ropa al descolgar
la tarde la colada
ni el del horno de la cocina
al apagar el fuego

ni acostarse boca arriba en la cama –
sacarse los zapatos –

ni la ducha que aligera
de la sal de la tierra

o el parpadeo lento que quita irritación
de la mirada

y el de esconder el rostro entre las manos
borrar la oscuridad
o frotarse las sienes con desgano.

Descansar de la culpa.
Descansar de la exigencia de los verbos.
Descansar de la lógica y las pérdidas.
Del decoro, del ícono, de la agudeza
que asume la paciencia.
Descansar de lo oculto y de lo expuesto.

¿Cuándo?

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Cuadernos Caudales: 2 libros de poesía en acceso libre

Aquí la versión digital de los dos primeros Cuadernos Caudales de Poesía, un nuevo proyecto acomercial para la difusión de la poesía de Fundación Inquietudes:

- SODA CÁUSTICA: CINCO POETAS LATINOAMERICANOS
Edición coordinada por Enrique Falcón (con poemas de: Rocío Cerón, Yanko González Cangas, Germán Machado, Rocío Silva santisteban y Néstor Ventaja)

- UN ZUMO DE TRES SABORES O UN ITINERARIO COMPARTIDO
Edición coordinada por el colectivo La Palabra Itinerante (con poemas de: Iván Mariscal, David Franco Monthiel y Manuel Ortega)

Que puedes descargarte en:
http://www.fundacioninquietudes.org/area-publicaciones/cuadernos-poesia.php




(diseño de las cubiertas por Ainá Calia, sobre detalles de grabados de Juan Carlos Mestre)

Cuadernos del extraño, del extranjero, de una feraz y caudalosa suma de voces. Los caudales vienen a tus manos, a tus labios, como agua a la alforja del nómada, como vino al vaso del huésped.

La poesía lima ataduras, canta memoriosa e insurrecta, pregunta desde “el desierto de la sed”. Y acompaña tus pasos, se reserva en tu silencio: macera.

Ahora eres tú, lector, quien desde la apertura a lo(s) otro(s) escoges, transitas, compartes, avivas la posibilidad. Eres, por tanto, ya no el huésped sino el anfitrión de estos Cuadernos Caudales de Poesía. Con la gratitud que te llegan, que fluyan o se extravíen en otras manos prestas, que acompañen tus días y afanes, la resistencia y el convivir desde lo justo y bello: las palabras.

Más información en instruccionesparaabrirunacajafuerte.blogspot.com

Caudales de Poesía, serie II, es un proyecto coordinado por Víctor Gómez, Javier Gil y Miguel Fernández

Epigramas de la servidumbre (XII)

Prueba con la claridad:
ilumina, delinea, deslinda.

Si no funciona,
bórralo todo y prueba
con la confusión:
oscurece, borronea, entrecruza.

Si tampoco funciona,
combina ambas estrategias:
enciéndete, apágate,
sigue.

En el camino:
da a conocer,
da a emocionar
y si aún puedes
recibe.

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Ellas dicen (20): 3 poemas de Izaskun Gracia

el espacio se llena de sombras alargadas que contraen el aliento
sudan sangre los caminos
y cae el cielo sobre nuestras cabezas sucias de remordimiento
inquirimos en qué se han convertido los cuerpos que con tanto ahínco intentamos defender de la vejez
y suplicamos
caída la medianoche
un alba más a conquistar antes de nuestra caída


****

dejamos de rezar y ya nunca veremos la luz
dejamos de buscar
intentando inútiles permanecer al margen deshojamos mariposas huéspedes del desaliento
y silenciamos los latidos que entremuros reclaman su eco


****


vivo en espejismo
oasis de malfelicidad continua destinada al hundimiento y la rabia
y no me canso
mérito pues reconocerme en lo eterno sin caer a sabiendas de lo real efímero




3 poemas de Izaskun Gracia

Número 22 de la Revista del MLRS: "9 poetas de la guerrilla"

Tenéis la nueva revista aquí, con poemas de:

Oktavio Martínez (1947-). Seudónimo de Héctor Acevedo, poeta salvadoreño y guerrillero de las FAL.

Roque Dalton (1935-1975). Poeta salvadoreño y guerrillero del ERP. Fue asesinado, en mayo de 1975, en confusas circunstancias que todavía hoy, en El Salvador, constituyen motivo para una grave polémica. Libros de poesía (entre otros): El turno del ofendido (1964), Taberna y otros lugares (1969), Un libro levemente odioso (1971), Poemas clandestinos (1975).

Javier Heraud (1942-1963). Poeta peruano y guerrillero del ELN. En 1963 una bala perforó su cuerpo asesinándolo a los 21 años en el río Madre de Dios, frente a la ciudad de Puerto Maldonado. Libros de poesía: El río (1960) y El viaje (1961).

Leonel Rugama (1949-1970). Poeta nicaragüense y guerrillero del FSLN. Murió en enero de 1970 combatiendo contra la guardia somocista.

Jesús Santrich (1966-). Poeta colombiano y comandante de las FARC-EP.

Otto René Castillo (1937-1967). Poeta guatemalteco y guerrillero de las FAR. En marzo de 1967 es herido en combate y capturado por las tropas del gobierno de Méndez Montenegro. Conducido junto con su compañera Nora Paiz (también guerrillera) a la base militar de Zacapa, es torturado, mutilado y quemado vivo del 19 al 23 de ese mismo mes. Libros de poesía: Vámonos patria a caminar, yo te acompaño (1965).

Mónika Ertl (1938-1970). Aventurera de origen alemán (su padre fue fotógrafo de Hitler) y guerrillera del ELN de Bolivia. Tras asesinar al cónsul que ordenó cercenar las manos del Che y abrir un orfanato, murió en una balacera, a manos de agentes bolivianos, en la ciudad de La Paz.

Luis Ávarez Yuste (1907-1970). Poeta español y guerrillero del maquis de la Vall d'Arán. Condenado "en asusencia" por la dictadura franquista a tres penas de muerte, murió en el exilio. Libros de poesía: Nuestra lucha (1945).

Paúl Del Río (1943-). Poeta y pintor venezolano, combatiente de las FALN en Venezuela y del FSLN en Nicaragua.

"La única organización pura que
va quedando en el mundo de los hombres
es la guerrilla"

(Roque Dalton: Taberna y otros lugares)


"Todo hombre debe respaldar con actos
cada palabra que utilice"

(Leonel Rugama: carta a Pablo Antonio Cuadra)



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22 números de la Revista del MLRS: http://www.nodo50.org/mlrs/numer.htm

MLRS: MANUAL DE LECTURAS RÁPIDAS PARA LA SUPERVIVENCIA
(Prácticas comunistas y libertarias de la poesía y la literatura).
http://www.nodo50.org/mlrs/

Ellas dicen (19): 3 poemas de Belén Artuñedo

DESOLACIÓN

Le he sobrevivido al árbol
y lloro esta desolación
como a un hermano muerto.

¿Cómo han conseguido envenenarlo
y arrebatarme su sombra?

Enlodaron las aguas
fingiendo ir a beber en su curso
y arrasaron las casas
con las armas de la salubridad.

Ahora me miran fijamente
y deciden mi suerte:
realojar lo que de mí queda.
No es ese el daño.

Le he sobrevivido al árbol.
Hubiera preferido que me viera caer
a sus pies centenarios.


****


PALABRAS

He dado por casualidad con ellas
y, desde entonces,
busco su fuerza milagrosa
no sé si en sus flaquezas de junco
o en su severidad de cañada
eternamente transitada.

Las veo levantar pesados siglos
de historia y de violencias
como si se retiraran solas a un último descanso,
capaces de pronunciar los nombres de verdugo
que penden de su cabecera,
a la espera de una voz prestada
que los decapite.

Cuando las miro,
sé que soy yo quien poco ha visto de esta vida,
persigo en sus caras mi espejo
pero me dan la espalda
y corro entonces a pedir que me descubran
la verdad que llevan.


****


LEGADO

Mi legado sería esta reserva de agua.
Nada más puedo darte a mi partida.
Ha sufrido inclemencias pero aguanta en silencio
contra todo pronóstico de sequía.
He hecho provisión sin saber bien por qué
de la gota caída del pico de los pájaros,
del sudor exhausto en las huidas,
de los ojos de niños asustados.
La lluvia siempre se alió a mi cuidado
y es agua limpia saciando abrevaderos,
pero piensa que,
si para algo sirve un día lo que pueda dejarte,
estará en el rocío de una brizna de hierba
un día de verano, al despertarte.


Tres poemas de Belén Artuñedo. Los dos primeros extraidos del libro Orden de alejamiento (lfediciones, 2009), el último es inédito.

Ellas dicen (18): 3 poemas de Laura Giordani

ESTA PALABRA deberá volverse contra sí misma,
malherirse en la aspereza
de las lenguas, hacerse topo,
niño, cobrar tu estatura,
volverse raquítica, lesa,
abrir aún más sus vocales para
para recibir de lleno la indigencia.

Esta palabra deberá aprender a desaparecer,
volverse transparente y
diáfana como vientre
para decir el desplome inaudible de tus bosques,
la alegría maltratada de los patios,
tu primavera que viene
con las rodillas lastimadas.

Decir cómo tiembla la hierba
antes de recibir tu sombra.

Para decirte al menos con la misma
constancia del olvido
para que se escuche alto tu caída:
ese crujido terrible de todos los huesos
que se desploman para vertebrar este poema.


****


PRIMERA VEZ

Sus noventa y siete kilos y toda
su lujuria cayeron sobre tu pubis
de nieve aún blanda.

Si hay dios, que esta noche
caiga de rodillas y llore
todo lo creado.


****


OTROS OJOS

Ojos nuevos, ojos otros pido
de un cristal desmesurado,
aumento sin bálsamo
para ver el temblor íntimo
de los astros y las cosas,
la pelusa, la herrumbre,
esa mueca oscura de los manteles
al levantarnos de la mesa.
No más ojos amansando mareas
y tapiando con su mesura los prados.


Tres poemas de Laura Giordani. Aquí su blog.

Ellas dicen (17): 1 poema de Alicia Martínez

HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN

Capítulo 1.

EL REY SOLO domina la niebla
Opulencia desgastada sobre
Hormigas soldado, obreras
Software del GRAN ARQUITECTO

EL REY SOLO vive en la montaña
Escarabajos negros
Danzan bajo su figura imponente
Gordos arrastran pelotas de barro

Excrementos recolectados
Por hormigas silenciadas

EL REY SOLO observa
el movimiento de su cetro:
Danza de escarabajo, trabajo de hormigas
Niebla, montañas y hasta su única lágrima
A una orden: todo PARA


Capítulo 2.

El REY SOLO no quiere montaña
Que quiere castillo de foso y almenas
Gente nueva construye castillo de plástico


Capítulo 3.

Gente nueva construye
Castillo de plástico
REY SOLO pisa escarabajos
Hormigas soldado,
Pasillo de niños
Gente nueva acarrea
Amontona y colorea
El castillo sube
Hormigas obreras retiran cadáveres
Hormigas soldado,
pasillo de rey
Pasillo de Rey
Murmullo de hormiga
Murmullos de hormigas
Pasillo de rey
Grito de hormiga
Gritos de hormigas
Pasillo de rey
Castillo de plástico
Aullido
Un hormiguero menos


Capítulo 4.

Una hormiga, hatillo al hombro
Llega al castillo
En sus ruinas plantó su tienda
Más hormigas
Algunos escarabajos cojos
El rey solo mudo
Castillo roto
Hormigas cantan,
escarabajos bailan
Castillo roto
Hormigas beben
Escarabajos comen
Castillo roto
Hormigas sueñan,
escarabajos duermen
El GRAN ARQUITECTO calla
Una hormiga piensa
EL GRAN ARQUITECTO habla
Tres hormigas dudan
EL GRAN ARQUITECTO ordena
50 hormigas gritan


Capítulo 5.

Gente nueva reconstruye el castillo
CASTILLO DE HIERRO
Las hormigas:
1 REINA
5 danzan bajo su figura imponente
10 gritan
10.000 escuchan
100.000 trabajan, trabajan, trabajan


Epílogo:

Todas saben que el hierro es más pesado que el plástico
Que un castillo es mejor morada que la niebla
Que en la montaña sólo habita Sofía
Y que a Rey muerto, rey puesto.


Un poema de Alicia Martínez.

Ellas dicen (16): 3 poemas de Virginia Villaplana

LA AUSENCIA DE BIOGRAFÍA
es la relación que mantienes
con las ciudades
en las que has vivido
y trabajado.

Nada te ata a una biografía cosmopolita,
sin embargo,
Madrid ahora es una ciudad suspendida
en un amplio bosque inmóvil.

Madrid es drama y herida.

La biografía no escapa
a la vivencia del trauma
y se torna suave e iluminada,
esa ciudad suspendida.

Sociedades del riesgo global.

Madrid,
los desechos violentos de Londres
y Nueva York nos atrapan.

Los esfuerzos de las palabras
pacificando las calles.


****


DE LOS CIRCUITOS INTEGRADOS

Los raptos de las fronteras
y los asesinatos de mujeres
el desierto los cubre con polvo de siglos.
Operación digna.
Diminutas partículas de polvo son
las que vamos respirando.
Una nube de helicópteros se acerca
a las tumbas improvisadas
por la misma muerte en Ciudad de Juárez y Chihuahua.
Ciudades del futuro.
Migraciones de trabajadoras, migraciones de sueños
y raptos del capital económico.


****


DE LAS FUGAS Y LAS DIÁSPORAS

El lenguaje tendido a los pies de la historia
y sus márgenes sintácticos.

La naturaleza se ha transformado
en una imagen artificial.

Un globo terráqueo implementado
por las tecnologías de control social.

Los residuos melancólicos de la historia
suplantan el artificio de la antigua cultura occidental.


Tres poemas de Virginia Villaplana, de su poemario "Zona de intensidades" (Aconcagua Publishing, 2008). Una reseña de este libro aquí.

Ellas dicen (15): 1 poema de María Salgado

(poética de tecla insert)

Memorizo antes de escribir a no ser que escriba antes de memorizar;
escritura sobre escritura, paso antes que huella, paso que se come las huellas,
pie que se muerde los puños, niño que no nace, viejo que rejuvenece.

Escribir o morir alternativamente, oh payador!

(poética de insert-coin)

escribo sin memorizar, porque todo lo que no sé se guarda en la hucha de mi escritura;
escritura que se combina con números de suerte en la máquina trucada;
escritura sobre vidrio; retraso en la madera; escritura prohibida en vasos de papel
en el campo de presos de Guantánamo.

Oh payador, el mundo se escribe sobre una transacción cerrada en un baldío.

(poética koiné)

los disturbios de anoche en yvelines recuerdan a los de antesdeanoche en villiers-le-bel,
y a los de dos años atrás en la columna suburbial francesa.
Tags de transmisión del post: Banlieue, Sarkozy, Marsella, fuego, citoyens, hijos de la patria, payador, sabed:
que el jour de gloria es arrivée; que viene el tiempo de los signos mudos luminosos;
escritura en el efímero en el páramo en la sierpe.

(payador 1)

escribo pulsos de neón descabezados, poca luz líquida sobre un inmenso raso negro;
escritura fría-mecanografía; escritura quieta para que suene su latido contra su chapa: escribo como finjo y sufro alternativamente catalepsia y epilepsia, o el emblema:
curtis da de beber a la santa teresa.

(payador 2)

miedo de que se acabe lo que no ha comenzado; miedo de que caiga la casa sin construir; escribo porque cabe llorar en las inmediaciones de la casa desplomada
o en un terreno infértil holográfico de santos sedientos de electricidad

oh los impulsos del doble, del triple, del número de desaparición.

(payador 1 y 2)

desdóblale el peso al místico, hace de él la cruz dos místicos,
uno diurno aguarda en silencio; otro nocturno enmudece;
escritura sobre escritura, paso antes que huella, paso que se come las huellas,
escriben porque se despliegan hacia donde dure el gasto o

alternati-va-men-te muerte.



Un poema de María Salgado

Ellas dicen (14): 4 poemas de Celia García

DE CÓMO LAS LUCIÉRNAGAS ILUMINAN LAS NOCHES DE VERANO

La joven de lengua montaraz
la indómita dama
la que sin premura
tras nosotros camina
se detiene
y grita
-dejad dejad los cuchillos
mirad como bailo.


****


LIBRETAS QUE RECOGEN LOS SUEÑOS. DIARIOS DE INVIERNO

Han cercado la ciudad
muchos se han quedado fuera
las del otro lado danzan.


****


ESPEJISMOS EN DÍAS DEL MAYO NUBLO. PASEANDO EN BICICLETA CAMINO DEL ZAIDÍN.

Hay calles en las ciudades
en busca del horizonte
- caminos de árbol -
lugares que invitan a la música.


****


LOS OJOS QUE BUSCAN ILUMINAR UN LUGAR, URDIENDO LA TRAMA DEL MUNDO, NOS DICEN:

En lo profundo de las cajas de música
habitan intrépidas trapecistas.
Bailarinas al viento
ensayan su función.



4 poemas de Celia García.

Epigramas de la servidumbre (XI)

Me arrastran a la multitud
y me dicen
que aquello es un regalo
de inteligencia
y creatividad:
una gran obra,
las multitudes,
dicen.

Pero yo quisiera
entregarme
a conversar contigo
sin fingimientos,
siendo yo mismo
y tú, sabiéndolo,
como si ahora
como si nunca.

Ellas dicen (13): 3 poemas de Alba González Sanz

BERLÍN

El futuro se levantó en los 60,
dijiste en Alexander Platz.
¿Y qué de nosotros
-pensé-
sin guión, sin rumbo?


****


INVOCACIÓN

¿Qué sucederá si no soy capaz de atajar con mi espada el recuerdo,
poner voz a la voz de la tierra,
geografía a la nada;

beberán del cordero los muertos
y me dirán: Nadie;

qué sucederá si no puedo blandir ante mí la palabra?


****


MAMÁ

Te nos diste
y tu amor rebosaba como el agua
que sale de la bañera,
empapando las baldosas,
la toalla.

Tanto amor,
que no sabíamos recogerlo,
detener el torrente, devolverte un poco:
qué hacer con ello.
Tanto amor,
hasta que tuviste sed.



3 poemas de Alba González Sanz.

Ellas dicen (12): 3 poemas de Sofía Castañón

FAMILIA fue aquello
que se rompió por una herencia
o un chisme, un rumor vecinal
—estos pueblos pequeños,
esas vidas vacías, ya se sabe—
y nadie lloró desde entonces
al morirse un primo
o un hermano.
Unamuno ya nos avisó
de los estragos de Caín:
un siglo después este país sigue
apretando demasiado
al dar la mano.


****


HABLAMOS de la mañana
ancha temiendo que conociesen
nuestro secreto, que nos pasasen
coches por encima al descubrir
—ellos, que siempre van con prisa—
que tenemos alquitrán en el pecho,
que padecemos la gripe de los siameses
o alguna otra alergia tan mortal
como perder un órgano o un hueso hermano.
La mañana ancha,
el sol que parecía inofensivo,
nosotros tan vivos
y con tanto miedo.


****


POÉTICA

Hay una máquina de CocaCola
en la antesala de la mina.
Mina
no es una metáfora.
Mina
es el carbón en la frente
y el sudor en las manos.
La mina de mi abuelo. Puede
que también de tu abuelo.
Mina negra. Mina grisú.
CocaCola
es lo que aparece en la caja
de luz donde los hombres se cambian
y cambian palabras —porque
así no piensan— y esperan
sin céntimos
para la máquina.
En la antesala de la mina
no hay ninguna metáfora.
Hay una máquina de CocaCola
muy luminosa y muy blanca.
Y nadie la toca.


3 poemas de Sofía Castañón.

Ellas dicen (11): 3 poemas de Laura Casielles

LO QUE más molestaba
a Teseo
-motivo suficiente incluso para un abandono
sin excesos sutiles-
era saber que, sin ella,
nunca hubiera desatado el laberinto,
nunca sido héroe,
nunca vencido fieras ni fantasmas.

Muchacho,
dijo el minotauro atravesado,
eres el más grande de los héroes,
tremendo truco el hilo
.

Y mientras el monstruo se desangraba,
afligido por la duda de su mérito Teseo
comprendió
que ya
no iba
a amar a Ariadna.


****


ACARICIO la cabeza del perro del hortelano.
Huele un poco a tristeza entre tomates.
Apuesto conmigo misma:
“si muerde, me quedo”.
Y el perro del hortelano ladra, ladra, ladra,
igual que si le fuera la vida en ello.


****


LA CERTEZA DEL AGUA

Conoces
el manantial. Sabes
que hay agua.
Tienes agua siempre
que tienes sed.
Si no te descuidas,
tienes agua incluso
antes
que sed.

Algunas noches apartas las cortinas
y lo miras fijamente.
Lo tapan los árboles, las rocas, un viajero,
pero hace tiempo que has memorizado
su ubicación exacta.

Conoces el manantial.
Sabes que hay agua.

Esa fe
no se quiebra. Tu sed
es dulce.



3 poemas de Laura Casielles.

Núm 21 de la Revista del MLRS: "Ellas dicen"

Acabamos de subir (sección revista) el número 21 de la Revista del MLRS (Manual de Lecturas Rápidas para la Supervivencia), bajo el título: "Ellas dicen".

En esta ocasión nuestros/as compañeros/as del colectivo La Palabra Itinerante recopilan poemas de Isabel Escudero, Ana Pérez Cañamares, Miriam Reyes, Carmen Camacho, Beatriz Ros, Lola Crespo, Dolores Herrera Uribe, Susana González, Beatriz Viol y Natalia Ruiz de Almodóvar.

........Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,
........de clase baja y nación oprimida.
........Y el turbio azur de ser tres veces rebelde.


La podéis abrir pinchando directamente aquí

Ellas dicen (10): 7 poemas de Isabel Escudero

La vida se me va
y esta cristalería de Bohemia
sin estrenar.

****

Baile de máscaras:
Tú y yo danzando
Entre palabras

****

De mí sin ti qué sería,
sin este dulce tormento
que me complica la vida.

****

Que a ratitos le quiero
y a ratos no
que no es estado el amor.

****

Tú crees que esto es la paz:
esto es la guerra disimulá.

****

TRAS el llanto
te voy viendo bueno,
te voy viendo manso:
El cristal de mis lágrimas
te va cambiando.

****

Guioncito entre dos cifras
¿era eso
mi vida ?


7 poemas de Isabel Escudero

A Golpe de Luna (1): una conversación con Laura Giordani...

...emitida por radio el 6 de febrero de 2009
(12 minutos de duración).



LA POESÍA EN LAS HUELLAS DEL EXILIO
Un diálogo con la poetisa Laura Giordani



Laura Giordani nació en 1964 en Córdoba (Argentina). A causa de la dictadura militar argentina, a finales de la década de los setenta se exilia con su familia en España, país en el que ha residido prácticamente la mitad de su vida. Cursó estudios de Psicología en la Universidad de Valencia, Bellas Artes en la Escuela Superior de Bellas Artes José Figueroa Alcorta y se gradúa como profesora de lengua inglesa en el Instituto Juan Zorrilla de San Martín, Córdoba (Argentina). Se interesa temprano por la literatura, especialmente por la poesía y el relato. Desde el año 2002 reside en Alzira, provincia de Valencia (España). Sus poemas han sido publicados en diversas antologías y volúmenes colectivos, así como en distintas revistas y periódicos. Participa como poeta panelista en varios encuentros de escritores y da recitales poéticos en Argentina y España. En los próximos meses la editorial Baile del Sol publicará su libro Materia Oscura.

Enlace: http://lauragiordani.blogspot.com/

Enrique Falcón mantiene un diálogo con Laura Giordani a partir de este poema suyo:

KARUNA

Ser al fin sin cauce
sólo desmemoriada agua
de la piedra
que la engendró en la cumbre
compasión de la arena
en la que la piedra disuelve
su recuerdo de la altura
sólo contigo
fondo solo.

(Karuna: palabra en sánscrito que significa compasión)

--Laura Giordani

Ellas dicen (9): 3 poemas de Ana Pérez Cañamares

LA TRINCHERA

Lo malo de la trinchera
no es su húmeda estrechez.
El barro y la sangre abrigan
somos muchos aquí
y las fotos que nos mandaron desde casa
nunca se desgastan.

Siempre hay tiempo para una partida de cartas.
Para el momento íntimo y juguetón
de despiojarnos.
Alguien que baila al ritmo
de los tableteos lejanos
de las ametralladoras
o un buen imitador de generales
que nos hace reír.

Lo malo de la trinchera
es que no sabemos cuando
tendremos que abandonarla.


****


A SALVO EN LA DERIVA

Me quito el reloj:
me suelto las esposas.
El día deja de ser
un mar señalizado por balizas.
Como bancos de peces
bajo mi cuerpo
pasan las horas.


****


CON PULSO de artificiero
escojo las palabras.
Manejo con tacto
la nitroglicerina de cada sílaba.

Por culpa de palabras mal usadas
a mi corazón lo cruza
un alfabeto de cicatrices.


3 poemas de Ana Pérez Cañamares (aquí su blog)

Ellas dicen (8): 3 poemas de Miriam Reyes

MI PADRE enfermo de sueños
en el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminados
bajo el sol en vertical
perdió sus pies
y apoyado en sus rodillas sigue buscando
el camino de vuelta a casa.
Mi padre sueña,
rendido por el cansancio,
que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenes
y la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugas
y resucita sus cabellos muertos.
Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseria
y blasfema y maldice y no tiene amigos.

Escondido en la noche
papá llora por las certezas que lo defraudaron.
Del otro lado de su piel
mamá llora por mamá
mamá llora por su casa que ya no habita
y por paz y reposo y risa.

Papá y mamá lloran
cada uno a espaldas del otro en la cama
en el más crudo estruendoso hermoso silencio
que modula en frecuencias infrahumanas
sonidos que se articulan como palabras:
«si aquí no están mis sueños
cómo puedo dormir aquí».
Y que sólo yo escucho
con la cabeza enterrada en la almohada.

Concebida de la nostalgia
nací con lágrimas en el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza.
No soy lo que soñaron
como tampoco lo son sus vidas.


(Del libro Espejo Negro)


****


NO SOY dueña de nada
mucho menos podría serlo de alguien.
No deberías temer
cuando estrangulo tu sexo,
no pienso darte hijos ni anillos ni promesas.

Toda la tierra que tengo la llevo en los zapatos.
Mi casa es este cuerpo que parece una mujer,
no necesito más paredes y adentro tengo
mucho espacio:
ese desierto negro que tanto te asusta.


(Del libro Bella Durmiente)


****


¿Vas a enseñarme a vivir?
Te dejaré tocar mi colección de cáscaras
compartiré contigo las uñas que guardo en los bolsillos.
Las semillas que nos dieron
son pastillas para dormir
y del ombligo dormidos
nos crecen frutales.

Te daré de comer.

Ven.
La tierra prometida es cosa de otros.
Para nosotros la arena:
un paisaje que cambia con el viento.



(Del libro Desalojos)

Ellas dicen (7): 15 minimás de Carmen Camacho

MINIMÁS*


Todo Sistema aprieta. Decide cómo usar tu destornillador.

****

Viajar en el AVE: el estrés del paisaje.

****

A penurias de prisa, alegría lenta.

****

¿En qué inviertes tus latidos?

****

Una es multitud.

****

No se puede expresar mejor: nichos de mercado.

****

Se venden
bálsamos de miedo contra el miedo.

****

Sin regateos
El problema no sólo está en que te vendas. Lo peor comienza el día en que eres tú el que intenta comprarnos.

****

Publicistas: mercenarios de la palabra.

****

ARENGA AL SAHARAUI
(fragmento)

¡Ciudadanos extrañoles!

****

Se le olvidó la realidad de tanto ver telediarios.

****

Escucho un ruido de monedas cada vez que agitas la cabeza.

****

Desconfío de la puerta a la que le brillan los candados.

****

Arandelas, arras, aranceles.

****

Arcos del triunfo, muros de la vergüenza.



Algunas minimás de Carmen Camacho, extraídas de Minimás. Baile del Sol, 2008.
Más aquí.

* En palabras de su autora, “las minimás son aforismos poéticos que no tienen cuerpo de máximas, pero tampoco son mínimas, así que son, eso, minimás: nanopoemas, verso solo, afanes míos de jíbara literaria, poesía en píldoras”.

Ellas dicen (6): 3 poemas de Beatriz Ros

TRAS el "gracias" y el "sí",
aprendí el no a los caramelos de las salidas de los colegios,
a las manos extrañas y a los hombres con gabardina.

Y después hubo otros no aprendidos, y los "sí, por favor" de cortesía.

No hubo vacilación.
Para un: “¿Quieres bailar?”
No, gracias.
Otra copa desechada

Por encima del "no sé" mi cuerpo
se agita de lado a lado, de arriba a abajo;
en señal inequívoca, básica, primaria, significativa.

No es "por aquí" o "por aquí", salirse del cuento
y escribir una historia con un boli de los que se pueden borrar.

Sin la duda, el sí y el no
son los extremos atados de una misma cuerda.

De estar vivo o muerto, de "esto" o "aquello",
por lo único que cojo tu mano,
es por la virtud y el beneficio
de la duda.



(del libro De cómo descubrí que seguía viva)


****


VOY a decirte algo muy importante:

El corazón está situado
justo en el centro del pecho.
Se piensa que está más a la izquierda
porque el lado izquierdo late más fuerte.

Lo he leído en una enciclopedia


(del libro De cómo descubrí que seguía viva)


****


ESTO ha sido un accidente.
Las ambulancias llegarán pronto.
Expertos nos catalogarán por la gravedad de nuestras heridas.
El viento que mueve el pelo sólo puede mover el pelo,
la muerte se agita como si alguien respirara cerca.
Sólo puede mover el pelo. Y lo enreda.
Os miro.
La tristeza ha sido pintada en la mayoría de las frentes.
Tenemos la ventaja de la mala letra médica que merece esa palabra.
El amor acaricia los rostros,
retira el pelo que se pega protector a la piel y la tristeza respira.
Lo peor es destaparla.
No encuentro en mí la posibilidad de ser reversible.
Tengo la incapacidad de sonreír con la elevación correcta.
Me miran.
Soy una torcedura esperando un diagnóstico permanente.
El flequillo roza mis cejas,
me cubre como si no hubiese otro sitio para él en el mundo.
Tú piensas que mi frente está resuelta.
Hay cosas que siempre entenderás al revés.
Pienso en tus ojos como en los espejos.
Los espejos no saben nada de mí.
Tu incomprensión me salva.



(inédito)


3 poemas de Beatriz Ros

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