EL INCIDENTE DEL MARO ES UN AVISO SOBRE LOS RIESGOS DEL PUERTO EXTERIOR

Egilea: JB  |  Atala: Prentsa Oharrak

El encallamiento de un petrolero en los acantilados de Jaizkibel con el vertido de más de 100.000 toneladas de hidrocarburos al mar puede ser una realidad en el futuro si se construye el puerto exterior.

Lo ocurrido con el Maro, con poco más de 50 toneladas de combustible en sus depósitos y su destrucción total por las olas es un aviso sobre las consecuencias que puede tener el seguir planificando contra la naturaleza.

La impotencia demostrada en la gestión del incidente pone de relieve las grandes dificultades que supone afrontar situaciones de este tipo cuando ya se han producido y que la única alternativa razonable es la prevención.

Mientras en el puerto interior la calma ha sido total durante el temporal, demostrando las excepcionales condiciones del mismo, la Autoridad Portuaria se empeña en colocar un puerto, almacenes de productos peligrosos y centrales térmicas en un lugar imposible, con más de 35 metros de profundidad y recibiendo directamente los embates del mar. Precisamente, uno de los objetivos del puerto exterior es atraer grandes barcos petroleros y gaseros de hasta 150.000 toneladas, con lo que se multiplican los riesgos de producirse una catástrofe. A pesar del coste de las obras incluso el Ministerio de Fomento señaló en su momento que no estaba asegurada su viabilidad técnica, siendo una actuación que no tiene precedentes dadas las características de la ubicación, profundidades y fuerza del mar. Lo acontecido estos días demuestra que estos argumentos tienen su base y para Jaizkibel Bizirik cuestionan aún más un proyecto que, según los estudios realizados por las propias instituciones, es la peor alternativa desde el punto de vista económico, social y ambiental.

El diseño previsto para el puerto exterior supone la construcción de diques paralelos a la costa, forzando a los barcos a entrar de manera también paralela a los acantilados, en una posición muy expuesta al oleaje, pudiendo ser desplazados contra las rocas, tal como ha ocurrido con el Maro. Los riesgos de acceso al puerto exterior ya han sido mencionados por algunos marinos expertos, al igual que las previsiones de oleaje en su zona de abrigo, que podrían dificultar las cargas y descargas de mercancías. Este problema ya ha sido señalado en relación al tráfico de vehículos y contenedores, siendo clave para los operadores la disposición de una zona de mar calmada.

En el recientemente presentado estudio de la Autoridad Portuaria sobre la regeneración ambiental a través del puerto exterior, así como en todos los estudios ambientales realizados por esta entidad, se han despreciado los riesgos que como acabamos de ver son totalmente reales. Una prueba más de la falsedad de los estudios y argumentos que está aportando la Autoridad Portuaria para sacar adelante este injustificable proyecto.

12 de marzo de 2008

Gaiak:

Iruzkina idatzi