“Puerto exterior modificado” por Carlos Sancho, Ingeniero industrial
Publicado en Noticias de Gipuzkoa. 29 de julio 2010.
El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria ha aprobado recientemente un proyecto de puerto exterior que difiere notablemente del que aprobó antes. Se rebaja su importe a la mitad pero “se garantiza que servirá hasta el año 2025″ y, si hace falta, puede ampliarse en el futuro. Son razones sensatas que sin embargo plantean una pregunta: ¿Por qué se planteó antes un proyecto con un coste muy superior si no era necesario?
Con fecha de 21 de abril pedía D. Fernando Merino a D. Miguel Buen los datos económicos que le permitieran hacerse una opinión sobre el proyecto, del que había oído hablar mucho, pero del que no conocía los números. No sé si le han llegado los datos al Sr. Merino, economista de dilatada carrera profesional, y si estos datos son los del proyecto anterior o del recientemente aprobado. Pero estoy seguro de que coincidirá conmigo en que, independientemente del tamaño del puerto exterior, son esenciales los datos que se refieren a las oportunidades comerciales. O sea, las ventas, que deben estimarse lo más precisamente posible. Ellas son las que realmente justifican la inversión, cualquiera que sea ésta.
Y yo no las he visto reflejadas en ninguna parte.
Tampoco he visto actuaciones, quizá las haya, como las de los puertos de Santander y Bilbao, estableciendo acuerdos con los puertos secos de Zaragoza y Vitoria. En este último caso con el apoyo del Gobierno Vasco, que no ha planteado hacer algo similar con el puerto de Pasajes.
El presidente del ente Puertos del Estado, el Sr. Gonzalez Laxe, ha dicho que “los puertos serán empresas de servicios y sus presidentes serán comerciales dispuestos a captar y buscar tráficos”. En una empresa lo primero a considerar son las oportunidades comerciales, las ventas, como se dice llanamente.
Si va a funcionar como una empresa es también pertinente la pregunta: ¿De dónde saldrá el dinero para su financiación? Los fondos públicos escasean y ya ha dicho el Sr. Blanco, ministro de Fomento, que hay que hacer inversiones con rentabilidad cuantificada. Esta demanda de evaluar los resultados y la cumplimentación de los objetivos marcados es cada vez más necesaria y, por ello, demandada por la sociedad.
En cuanto a los inversores privados que se apresten a colaborar con fondos propios, supongo que tienen más claro todavía lo de la rentabilidad.
Pero, por favor, no me consideren un enemigo del puerto. Estoy a favor de su continuidad y por eso, ante las incertidumbres a las que tiene que enfrentarse (el riesgo de la pérdida de los tráficos siderúrgicos y chatarras, que tiene dos orígenes: la autovía de Beasain a Durango que acerca el puerto de Bilbao al corazón siderúrgico guipuzcoano y las amenazas de la globalización en un sector donde el precio es condición básica para sobrevivir) es preciso buscar nuevos tráficos de nuevos mercados.
Esos nuevos mercados están en el sudoeste francés, en un arco que va desde Burdeos a Toulouse. Para llegar a ellos se debe facilitar la llegada del ferrocarril con ancho europeo al puerto de Pasajes lo antes posible. Eso se consigue mediante la colocación de un tercer raíl en el ancho ibérico actual desde Irun hasta Pasaia. No es un invento. Hay hechos tramos de prueba en la red de Renfe y este año se abrirá una conexión desde el puerto de Barcelona hasta Francia de este modo. Ello servirá para que el puerto de Barcelona mejore su competitividad para servir al sur de Francia frente al puerto de Marsella.
También significaría el acceso de la SNCF hasta el puerto de Pasajes y nuevas posibilidades de tráficos con los que poder asegurar esas ventas necesarias para justificar la ampliación.
Porque es preciso que las inversiones públicas tengan una rentabilidad socioeconómica y que esa rentabilidad sea evaluada previamente a la decisión de invertir es por lo que pedimos las cifras de tráficos, las ventas o ingresos comerciales y los orígenes de las mismas.