LA NUEVA PROPUESTA REAFIRMA QUE EL PUERTO EXTERIOR CARECE DE SENTIDO

Egilea: Jaizkibel Bizirik  |  Atala: Prentsa Oharrak

Con un impacto ambiental inasumible, sigue sin demostrarse su justificación económica
La nueva propuesta para el puerto exterior de Pasaia presentada ayer por la Autoridad Portuaria sigue representando un grave atentado ecológico, ya que implica la destrucción directa de 3 kilómetros de acantilados actualmente protegidos. Las afecciones sobre los fondos marinos podrían ser incluso superiores a la propuesta anterior, ya que se propone extraer mediante dragado 20,5 millones de metros cúbicos para utilizarse como material de relleno. Todas estas acciones se plantean dentro de un espacio protegido de la Red Natura 2000 y en el interior del corredor ecológico marino solicitado por el Colegio Oficial de Biólogos de Euskadi y Oceana.

Se ponen en riesgo la continuidad de los tráficos actuales debido al aumento del oleaje e incluso la disminución de la longitud de los muelles (que pasarían de los más de 5 kilómetros en el puerto actual a menos de 3). En el caso de los vehículos las limitaciones del nuevo puerto harán preciso trabajar en tres turnos y aumentarán sensiblemente los días de parada, al perder las excepcionales condiciones de calma del puerto interior. Las expectativas de nuevos tráficos tampoco justifican el puerto exterior. En el caso de los contenedores, uno de los tráficos objetivo, parece imposible competir en un mercado con exceso de oferta y además en notable desventaja con puertos tan cercanos como el de Bilbao, que puede acoger buques de mucho mayor tamaño. A pesar de la magnitud del proyecto, sólo se consigue aumentar en un 25% la eslora máxima de los buques y disponer de prácticamente las mismas superficies de agua abrigada y explanadas que en el puerto actual. Los costes siguen siendo descomunales. En las cifras aportadas por la Autoridad Portuaria se han ocultado los costes de las infraestructuras directamente vinculas al puerto exterior, como son los túneles, nuevos accesos por carretera y ferrocarril, estaciones intermodales y otros, con lo que se superaría muy ampliamente los 1.000 millones de euros. Y esto suponiendo que no haya sobrecostes, que en casos como los puertos exteriores de Gijón y A Coruña han superado el 50% del coste inicialmente previsto.

Tres cambios de nombre en poco tiempo y tremendos virajes en el diseño confirman la gran chapuza que es el puerto exterior y la absoluta falta de rigor en la toma de decisiones. Cambian los tiempos, cambian los datos, cambia la filosofía del Ministerio de Fomento, y sin embargo la Autoridad Portuaria sigue erre que erre con su proyecto. ¿Tiene sentido el puerto exterior con lo expresado recientemente por el Ministro de Fomento en el Congreso de los Diputados?:
“Utilizaremos al máximo la capacidad de las infraestructuras existentes, priorizando las
actuaciones de mantenimiento, mejora y explotación, frente a las de nueva construcción. Antes de construir más, debemos sacar más provecho a lo que ya tenemos”
Jaizkibel Bizirik!
24 de junio de 2010

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