De ‘superpuerto’ a ‘txiki puerto’

Egilea: JB  |  Atala: Hemeroteka, Iritziak / Opiniones

En las últimas semanas hemos asistido a una serie de entrevistas e informaciones de la Autoridad Portuaria y concretamente de su presidente, en las que nos vendía las supuestas bondades del puerto exterior de Pasaia. Querría, desde estas líneas, contraponer una serie de ideas que se expresan como grandes verdades, pero que, a nuestro juicio, es necesario cuestionarlas con argumentos serios y rigurosos.

En primer lugar, la Autoridad Portuaria señala que la construcción de la hipotética dársena exterior incrementará en tres puntos el PIB de la economía para 2040. Quizás para ese año se haya producido el citado incremento, pero desde luego, éste no estará ligado al puerto exterior, ya que los únicos informes existentes que nos constan no prevén precisamente este escenario.

De hecho, el estudio Incidencia socio-económica del puerto de Pasaia, encargado en marzo de 2006 por la Diputación Foral de Gipuzkoa y realizado por IKEI, evalúa en un 0,72% el efecto directo e indirecto de la Comunidad Portuaria en el PIB de Gipuzkoa. Señala, incluso, que, añadiendo los efectos inducidos, podría llegar al 0,9%. En ese documento se discute, además, la metodología utilizada por el informe de la Autoridad Portuaria y se dice que, indebidamente, suma la producción de Iberdrola y el efecto en los clientes del puerto. Textualmente, considera que la producción de estos clientes no está determinada por la existencia del puerto, sino que simplemente utiliza dicha plataforma logística como bien pudiera utilizar otra. Curiosamente, este estudio, no ha visto la luz. Por ello, si existen otros informes agradeceríamos que se hiciesen públicos para que podamos sopesarlos.

También nos gustaría recordar que en septiembre del pasado año el presidente de la Autoridad Portuaria señalaba literalmente que “la riqueza proporcionada por el puerto supone alrededor de un 2% del Producto Interior Bruto de Gipuzkoa”. Por lo tanto, está claro que, cuando el objetivo es hacer un puerto exterior, todas las cifras valen, estén o no respaldadas por informes. Además, es curioso que, un año después, precisamente cuando el puerto exterior, tras un primer lavado, ha encogido de 175 a 90 hectáreas, su repercusión en el PIB será mayor. Me pregunto cómo hacen las previsiones algunos.

Es sorprendente que, tras largos meses de defensa a ultranza del anterior proyecto de puerto exterior, ahora se nos sorprenda con un puerto “algo chiquitito”,–como decía la canción-, y lo que antes era incuestionable, ahora está mal dimensionado.

¿Cuándo se equivocan? ¿Ahora con la nueva propuesta o lo que estaba mal era el anterior Plan Director? ¿Cuándo han dejado de ser rigurosos estos datos? ¿De dónde salieron las cifras que se manejaban en éste? Y, lo que es más importante ¿dónde están las cifras en las que se basan para garantizar la viabilidad económica del nuevo txiki puerto? Les agradecería que las hiciesen públicas, ya que, de lo contrario, tendré que pensar que, de nuevo, se las han sacado de la chistera.

Con respecto al tan manido número de empleos del puerto actual, desearía también que la Autoridad Portuaria hiciese público el listado de empresas que operan en la dársena, a qué se dedican las mismas y su número de personas empleadas. También me surge esta pregunta: ¿Se consideran empleados a las y los trabajadores municipales que tienen su central de trabajo en zona portuaria? Para aclarar estas cuestiones, hagan público el listado y luego hablamos.

Sobre empleos futuros, todos y todas sabemos que el puerto exterior de Bilbao redujo un 40% el empleo. En cuanto al empleo generado por hacer la obra, obviamente lo habría, pero, como toda obra faraónica, nos tememos que esta mano de obra podría ser semi-esclava, con contratos en países donde los derechos de las y los trabajadores y sus salarios son casi nulos. Como oferta de empleo deja mucho que desear.

Mientras otros puertos llegan a acuerdos interprovinciales en los que colocan sus puertos secos en Álava, los defensores del puerto exterior de Pasaia quieren condenar a Oarsoaldea, -un territorio pequeño carente de espacios-, a soportar infraestructuras como el “corredor intermodal” que consume el poco territorio que tenemos libre, destinándolo al transporte y el almacén, actividades éstas que consumen mucho espacio y producen poco empleo y menos de calidad. Soy de los que opina que a Oarsoaldea hay que verla en su conjunto y no me sirve su visión idílica de la bahía, si ésta lleva aparejado el destrozo del poco corredor verde que queda entre Irun y Lezo.

Mientras que otros miran hacia energías renovables como el futuro, los pro dársena exterior apuestan por los derivados del petróleo, que si hoy ya se van quedando obsoletos, para el 2023 podrían ser cosa del pasado. Y precisamente destinan casi la mitad de esas 90 hectáreas del hipotético puerto exterior a esta mal llamada energía del futuro.

Mientras que otros ya han probado en sus carnes el desastre económico que ha supuesto salir al exterior como A Coruña y Gijón, algunas personas y dirigentes de Gipuzkoa no escarmientan en pellejo ajeno y siguen apostando por la obsoleta idea de sacar el puerto al exterior.

Una vez más, decir a todas aquellas personas que continúan con su apuesta ciega por la dársena exterior que este puerto, el interior, puede y debe tener futuro, que entre todos y todas podemos hacerlo. Para ello, hay que conseguir un puerto que cumpla con todas las medidas medioambientales, y quizás se deban de replantear otros tipos de tráficos, o la colaboración entre puertos, pero es necesario hacerlo.

Es evidente que lo que fue un macro puerto se ha convertido en un txiki puerto, y quién sabe si el futuro no lo convertirá en un pantalán adosado a Jaizkibel.

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