El estudio de alternativas para el puerto exterior plantea un dique de 3 kilómetros

Egilea: JB  |  Atala: Hemeroteka

El Estudio de Alternativas del puerto de Pasajes apuesta por la construcción de una dársena en el exterior de la bahía, en las faldas de Jaizkibel. El informe descarta mantener la actividad portuaria en las actuales instalaciones, opción que conduciría al «declive».

El estudio fue presentado a los medios de comunicación por el presidente de la Autoridad Portuaria, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri y por José Manuel González, jefe de Puertos de Iberinsa, consultora responsable del trabajo.
El Consejo de Administración del puerto tuvo ayer una primera toma de contacto con el documento. El estudio forma parte del Plan Director. En el primer trimestre de 2009 los consejeros decidirán qué alternativa sale adelante.
La propuesta planteada por el estudio es clara: un puerto exterior que sustituya al actual. Sobre esta base, expone dos alternativas. Ambas aconsejan un crecimiento por fases. Las diferencias se limitan a la distribución de las actividades en las dársenas y a la longitud del dique exterior. En una de ellas se prevé que tenga 3.050 metros de largo y en la otra 2.840.
El estudio no analiza el proyecto de puerto isla. Este diseño fue planteado en el anteproyecto redactado en 1998 como una alternativa que permitiría construir la infraestructura sin necesidad de tocar la ladera de Jaizkibel. La propuesta de puerto isla favoreció que EA, partido que ha mostrado cierta ambigüedad hacia el puerto exterior, no se decantara hacia una posición más crítica.
Afección a Jaizkibel
El responsable de Iberinsa indicó que el puerto isla respondió a los estudios de mercado realizados en aquellos años. «Ahora estamos en 2008 y en otra situación. Nuestra propuesta se ha realizado a la luz de las necesidades actuales».
Por lo que respecta a la afección al litoral de Jaizkibel, José Manuel González indicó que el respeto será máximo. Explicó que en proyectos anteriores se proponía aprovechar materiales de los acantilados para la construcción del puerto, opción ahora descartada. Añadió que los diques serán verticales, «no en talud, técnica que supone un mayor respeto al medio ambiente».
El responsable de Iberinsa subrayó que el respeto a los acantilados será absoluto. «El puerto se ejecutará ganando terreno al mar, no a costa de la ladera del monte», indicó.
Gonzalez de Txabarri ahondó en el mismo argumento. Recordó que Jaizkibel se encuentra dentro de la Red Natura 2000 «hecho que obliga a extremar los aspectos ecológicos». Por ello, sus acantilados «serán íntegramente respetados» y las instalaciones del puerto «se encajarán en la morfología geológica del monte, ganando terreno al mar, pero sin tocar en absoluto la ladera».
El estudio entregado al Consejo de Administración desarrolla cuatro alternativas. Las dos primeras conservando el puerto dentro de la bahía y las otras dos sacándolo al exterior.
La primera opción mantiene la situación actual. Se considera continuista, no realista y conduce al «declive». Sólo es considerada como una fórmula de transición.
La segunda alternativa contempla la reducción de la dársena interior y de sus actividades. Propone la reducción de tráficos ‘sucios’ (chatarra) y la potenciación de otros ‘limpios’ (vehículos), con una capacidad de 5 millones de toneladas o menor. Esta opción supondría que las acerías sufraguen el coste del traslado de la chatarra a Bilbao y se indica que es incompatible con la regeneración de la bahía. Esta alternativa permitiría el desarrollo de actividades náutico-deportivas.
Las otras dos alternativas apuestan por el puerto exterior. El informe de Iberinsa plantea un puerto con una extensión de 140 hectáreas (el actual tiene 75). El dique exterior, tal y como se ha señalado, se diseña con dos posibles longitudes: 3.050 metros o 2.840. «Se trata de dimensionar el puerto con arreglo a los volúmenes de tráfico que prevé el Plan Estratégico y acorde con las necesidades de la industria guipuzcoana en el año 2020, fecha de apertura prevista para la nueva infraestructura», indica el estudio.
Triplicar la actividad
El Plan Estratégico establece que en 2020 se muevan en Pasajes más de 11 millones de toneladas de mercancías, que podrían llegar a los 13 si también se opta por trabajar con derivados del petróleo. Es decir, la actividad puede ser el doble o el triple que la actual.
Este volumen de mercancías requiere de buques más grandes que los que operan hoy en día. Los diseños planteados en el Estudio de Alternativas permitirían el atraque de barcos con 290 metros de eslora, 17,7 de calado y 150.000 toneladas de capacidad. La eslora máxima actual es de 180 metros.
González indicó que la nueva infraestructura podría acoger tráfico de pasajeros, pero no en líneas regulares, sino en cruceros.
El responsable de Iberinsa aventuró que el coste de la primera fase podría oscilar entre los 500 y 600 millones de euros.
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