Helsinki, modelo de efectividad para unos, de imposición para otros

Egilea: JB  |  Atala: Hemeroteka

La Autoridad Portuaria de Pasaia celebró ayer la Jornada Técnica «Helsinki: un modelo para el nuevo Pasaia». Los responsables portuarios quisieron, de este modo, detallar las característica del nuevo puerto de Helsinki que, tal y como afirmó el presidente de la institución, Joxe Joan González de Txabarri, han tomado como modelo.

De este modo, el que fuera diputado general de Gipuzkoa incidió en «las similitudes» de ambas infraestructuras, entre las que destacó la apuesta «por tráficos limpios de mercancías y por dar una respuesta intermodal al problema del transporte». Consideran que el puerto finlandés, que será inaugurado en noviembre, «conjuga de manera excepcional los servicios típicos de esta actividad con las conexiones terrestres, la alta calidad de servicios logísticos y el respeto por el medio ambiente ya que es un puerto construido en un enclave protegido dentro de la red Natura 2000». Además, insisten en que el puerto de Vuosaari tiene como objetivo alcanzar los nueve millones de toneladas anuales, «que es aproximadamente la cifra que se plantea de inicio el nuevo Pasaia», si bien durante la presentación del Plan Estratégico 2009-2020 en julio afirmaron que la infraestructura que prevén construir en Pasaia tendrá capacidad para albergar doce millones de toneladas anuales.

Como ponentes actuaron tres responsables del nuevo puerto de Helsinki. Los expertos finlandeses departieron en torno al «diágolo social». El ingeniero de esta nueva infraestructura, Jari Heikkilä, explicó que la construcción de dos túneles bajo una zona encuadrada dentro de la Red Natura 2.000 -una actuación similar a la que se pretende desarrollar bajo el monte Jaizkibel, un espacio protegido- suscitó críticas que fueron «acalladas», gracias «al diálogo social con la población».

El responsable técnico del puerto finlandés, Mikko Leppänen, aclaró, por su parte, que el proyecto chocó con las resistencia de los propietarios de los terrenos donde se ha creado la nueva dársena y también hubo «intervención» contraria por parte del Partido Verde y grupos ecologistas, aunque citó que fueron «bastante suaves».

«Una verdadera regeneración»

En el caso del proyecto portuario de Oarsoaldea, una de las mayores contestaciones ha venido de los mismos vecinos de la zona y de la plataforma Jaizkibel Bizirik, que ha alertado una y otra vez sobre el carácter «destructivo» de la infraestructura y de su incapacidad para impulsar la regeneración de la zona.

Ayer, durante la celebración de la jornada, miembros del organismo ecologista desplegaron una pancarta en el edificio de la Autoridad Portuaria de Pasaia en la que figuraba el lema: «En Helsinki y Jaizkibel, el superpuerto es destrucción»

Desde Jaizkibel Bizirik criticaron la jornada organizada por la Autoridad Portuaria que, a su juicio, supone «un acto publicitario más que intenta confundir a los ciudadanos». En opinión de este colectivo, «con imágenes ficticias y encuestas manipuladas», los responsables portuarios pretenden «sustituir un necesario debate social abierto».

Sostienen que la Autoridad Portuaria «carece de argumentos fundados», ya que «todos los estudios realizados hasta ahora demuestran que el puerto exterior es la peor alternativa desde el punto de vista ambiental, social y económico».

En cuanto al caso concreto de Vuosaari, aseguran que si es un modelo a seguir para los responsables portuarios, «lo es por la manera en la que ha podido burlar la normativa ambiental, la opinión de autoridades, expertos y asociaciones ambientales, e incluso de la propia Comisión Europea». En este sentido, inciden en que si las obras de Helsinki han supuesto un elevado impacto ambiental, «lo propuesto en Jaizkibel lo supera con creces».

«Zona virgen»

Jaizkibel Bizirik ha querido señalar las diferencias que existentes entre ambos proyectos, de los que ha destacado, por ejemplo, que mientras que en el caso de Helsinki el puerto se asienta parcialmente sobre los restos de un antiguo astillero, el puerto de Jaizkibel lo pretenden emplazar en una zona virgen y que se halla aislada de las zonas urbanizadas.

Además, subraya que si el puerto de Vuosaari está especializado en el tráfico de contenedores, «tratándose de cargas limpias», en el puerto vasco prevén la «descarga de chatarra sin instalaciones especiales, la construcción de un central térmica de carbón que quemaría cerca de 3,5 millones de toneladas anuales, depósitos de hidrocarburos y una planta de biodiesel».

La organización ecologista también se ha referido a las diferencia que existe en torno a la financiación de ambos proyectos. Y es que, mientras que la autoridad portuaria de Helsinki ha financiado el 100% del coste de construcción del puerto y la mitad de los accesos, el proyecto de Pasaia «se pretende financiar con dinero de los ciudadanos».

Precisa que la Diputación de Gipuzkoa se ofrece a pagar el 100% de los accesos y «se busca que el Gobierno español pague el puerto». Todo ello, tal y como ha censurado Jaizkibel Bizirik, a pesar de que «la Ley de Puertos recoge que éstos deben autofinanciarse».

La organización ecologista concluye que lo que los responsables de Pasaia quieren imitar es el éxito que tuvieron los de Helsinki «en reprimir la contestación social y oposición de grupos ecologistas», además de exportar la manera en la que «burlaron a las autoridades ambientales estatales y deshacerse del Ministerio de Medio Ambiente». Jaizkibel Bizirik recuerda que la Ministra de Medio Ambiente de Finlandia, Satu Hassi, fue desautorizada tras declarar, basándose en estudios internos y de expertos, que el proyecto dañaría el medio ambiente. «Ocultando estas opiniones y estudios, desde el Gobierno finlandés se intentó burlar la intervención de la Comisión Europea, negando el impacto ambiental del proyecto», advierten.

Con todo ello, y tras aportar estos datos, los miembros de Jaizkibel Bizirik se presuntaron si el de Helsinki es precisamente un modelo a seguir.

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