EZ: Gamonal supuso un importante revulsivo no solo en la realidad social burgalesa, pero también se convirtió en un referente político en todo el estado español. Pasado ya un tiempo desde el estallido del conflicto nos gustaría realizar una valoración de los frutos del mismo desde una perspectiva temporal. En primer lugar, queríamos preguntaros: ¿por qué creéis que el conflicto de Gamonal tuvo tanta repercusión? ¿Cuál es su situación actual?
Diario de Vurgos: El conflicto vecinal de Gamonal se origina en un contexto social muy concreto. Es necesario tener en cuenta que en enero de 2014 nos encontrábamos inmersos en los momentos más complicados de lo que se ha venido denominar como «crisis económica» cuyas consecuencias se viven de forma especialmente dramática en el barrio. Sin embargo, el Ayuntamiento de Burgos continúa inmerso en las dinámicas propias del periodo anterior del boom del ladrillo y propone una obra faraónica cuyo elevado coste indigna a la población de un barrio en el que rara es la familia que no tiene alguno de sus miembros en paro, está sufriendo un desahucio o trabaja de forma precaria. Teniendo en cuenta además la tradición de luchas sociales que se han vivido en el barrio, y tomando como antecedente más cercano el conflicto contra la construcción del parking en la avenida de Eladio Perlado en agosto de 2005, el conflicto del bulevar era fácil de prever, aun cuando la intensidad que alcanzó superó con creces todos los pronósticos iniciales.
En lo referido a la repercusión del mismo y extensión a otras ciudades, solemos siempre plantear la misma anécdota. En aquella época era habitual que en muchas tertulias televisivas se comentase frases como «con la que está cayendo cómo es posible que no haya una revuelta popular». Nadie podía imaginar que un barrio obrero de una ciudad con merecida fama de ser tan conservadora podría estallar una revuelta de ese calibre, pero así fue. Gamonal, y la lucha de sus vecinos, se convirtieron en el Fuenteovejuna del siglo XXI y su ejemplo de unión y solidaridad hizo que numerosas personas tomarán lo que estaba pasando en el barrio como un referente reavivando el espíritu de movilización social que unos años antes se había experimentado con el movimiento 15-M. Por otro lado, es importante señalar que la proliferación de las redes sociales y la atención continua de determinados medios de comunicación contribuyeron a que el conflicto se hiciese visible y su repercusión mediática fuese mayor.
Respecto a la situación actual, el proyecto del bulevar fue definitivamente enterrado por el Ayuntamiento de la ciudad cuando Javier Lacalle, bajo presión de instancias gubernativas centrales, anunció en rueda de prensa la paralización definitiva de las obras. Tras la finalización de los procesos jurídicos a los que se tuvieron que enfrentar un gran número de personas, Gamonal ha vuelto a la calma, aunque tampoco podemos negar que aún persisten algunos de los ecos de aquella revuelta. Solemos decir que Gamonal es un gigante que duerme plácidamente a la espera del siguiente conflicto… Por otro lado, fruto de aquellas jornadas de enero, en el barrio existe un Centro Social Recuperado que fue ocupado durante las movilizaciones y que realiza actividades sociales y culturales con las que trata de mantener vivo el espíritu de lo que vino a llamarse «el efecto Gamonal».
EZ: ¿Cuáles han sido las fases o periodos de la lucha y que debates y logros se han dado en cada momento? ¿Cómo se vivieron cuestiones como la violencia o la criminalización?
DV: Podemos observar claramente varias fases bien diferenciadas. La primera de ellas se desarrolla durante los meses finales de 2013 y tiene como protagonista de las movilizaciones a una plataforma que bajo el nombre “Bulevar ahora no” reivindica que el dinero que se tiene previsto invertir en la obra se destine a cuestiones sociales. Se trata de una plataforma conformada por asociaciones vecinales y personas vinculadas a partidos políticos de la izquierda parlamentaria que consiguen visibilizar la problemática e iniciar las primeras manifestaciones. Sin embargo, esta plataforma decide disolverse en el mismo momento en el que comienzan las obras del bulevar en la calle Vitoria porque percibe que la situación va a desembocar en un conflicto vecinal que sobrepasa su forma de actuación exclusivamente pacífica y legalista.
En la siguiente fase, y con las obras del bulevar ya iniciadas, surge la denominada Asamblea de Gamonal que se conforma como el marco organizativo asambleario con el que gestionar las movilizaciones y hacer visible la reivindicación de la paralización de las obras del bulevar y la liberación de las personas que han sido detenidas en las cargas policiales del primer fin de semana. El modelo organizativo de la Asamblea de Gamonal, desarrollando diversas comisiones en las que se reparten las tareas, es muy similar al de las asambleas de plaza que se habían generado durante el 15-M. Por otro lado, tampoco podemos olvidar la tradición asamblearia que de forma autónoma se ha venido desarrollando en el propio barrio y que se manifestó en conflictos anteriores como el ya mencionado del parking de la avenida de Eladio Perlado en 2005, o las protestas contra la subida del precio del billete del autobús urbano en 1978 y 1980.
La plataforma «Bulevar ahora no»rechazó de forma manifiesta los altercados y disturbios que se vivieron en el barrio mientras que la Asamblea de Gamonal, sin alentarlos directamente, señaló que la causa de los mismos no era otra que la imposición institucional de una obra innecesaria para cuya realización se militarizó el barrio. Durante los días de protesta se empleó la desobediencia civil -los vecinos ocuparon de forma física el lugar destinado a la realización de las obras- y los enfrentamientos directos con las fuerzas policiales que ocuparon el barrio, episodios que surgieron de forma espontánea debido a la rabia acumulada.
Desde el primer momento de la creación de la Asamblea de Gamonal, la liberación de las personas detenidas durante las protestas fue uno de los elementos básicos en las reivindicaciones vecinales que se plasmaron en concentraciones multitudinarias de forma diaria frente a la Comisaría de Policía donde habían sido trasladados los arrestados. Así mismo, esta asamblea es la que ha estado gestionando la solidaridad con las personas represaliadas durante todo el extenso periodo del proceso judicial.
EZ: Este conflicto generó además un clima colectivo que permitió que surgiera un importante proceso de autoorganización vecinal, que suponemos en primer lugar tendría que lidiar con la diversidad ¿Cómo se trabajó este tema y cómo se articuló el impulso más militante o político más minoritario con la agregación de un componente más popular, cada uno con virtudes, pero también con sus lastres o problemas?
DV: Como señalábamos anteriormente, el proceso de auto-organización vecinal fue una de las expresiones más genuinas del conflicto de Gamonal. Las dificultades que puede entrañar la convivencia en un mismo movimiento de personas con un bagaje político previo, con aquellas otras en las que era la primera vez que participaban en un movimiento de tales características, puede ser complejo, pero el resultado final, y la experiencia que se deriva del mismo, son sin duda algo extremadamente valioso. Está claro que sin la participación de ese componente más popular que no estaba previamente politizado las protestas en Gamonal no hubiera alcanzado las cotas de participación que se lograron en enero de 2014. La convivencia de ambos universos fue decisiva para que Gamonal consiguiese doblegar la voluntad institucional obteniendo la victoria, aunque sólo fuese parcial, de la paralización de las obras del bulevar.
Ya hemos comentado que en el barrio hay diferentes agentes sociales, los más politizados y las menos, y de diversas ideologías. Previamente al estallido de enero, las movilizaciones sirvieron para dar a conocer el conflicto, a través de la plataforma, en la cual también había agentes políticos de la ciudad. En el contexto que estábamos la gente del barrio no se fía de estos agentes y desconfía más de ellos que de las propias vecinas, que son las que sufren lo mismo que ellas. Este conflicto sirvió desde el primer día para ver a los verdaderos culpables y señalarlos.
Este es un barrio de clase obrera, con historia de lucha, donde las vecinas aunque no tengan militancia activa, casi todas ellas la han tenido en algún momento de su vida, ya bien por otros conflictos del barrio, o de clase, o en la fábrica… Nos vimos amenazadas por la policía, pegaban a la vecina, a nuestra hermana, y estos eran mandados por nuestros políticos, así que esto hizo que la gente desconfiara de las instituciones y viera como única solución la unión del barrio. Nosotras, militantes, también somos vecinas, llevamos años participando en la vida del barrio y apostando por la horizontalidad y antiautoritarismo. No veíamos otra fórmula, pero esta vez las vecinas tampoco, todas queríamos ser iguales, por ello se tomó, desde el primer momento esta manera de organizarnos. Algunos agentes políticos desaparecieron, ya que no tenían cabida, y otros intentaron manipular las asambleas, pero se intento por todos los medios que esto no se lograse, siendo a veces muy difícil, ya que te acusaban de lo mismo. Pero las prácticas, y el día a día hacen ver lo que realmente hay y quienes tenían otros intereses.
La asamblea tiene sus límites, hubo momentos multitudinarios, donde se hacía difícil que todas participáramos. Tuvimos que tener paciencia y saber escuchar, intentando no imponer ritmos, dejando parte de nuestro discurso aparcado para ir más lento, ya que las experiencias y caminos andados eran muy diversos y no todas estábamos en el mismo punto, quien marcaba el ritmo era el propio barrio. Pero se habló de las instituciones, de la manipulación de los mas media, de la clase obrera y del sistema capitalista que nos oprime…, realmente había ganas de conseguir más, crear una auto-organización vecinal y lazos de apoyo mutuo. Algo se consiguió, creemos que es una experiencia que permanecerá en los imaginarios y servirá para próximos conflictos, además de que se continua trabajando de forma auto-organizada desde el CSR.
EZ: ¿Que riesgos, contradicciones o limitaciones habéis podido apreciar en un proceso social de este tipo? Uno de esos posibles riesgos habrá sido, nos imaginamos, el de la institucionalización…
DV: Tras las protestas se inició un intenso debate sobre hacia dónde encaminar el movimiento social que se había generado. En este sentido, hubo posicionamientos de algunas personas que apuntaban hacia la creación de una estructura política que luego ha derivado en el surgimiento de una coalición electoral que ha asumido los planteamientos de la «toma de las instituciones» apostando por la vía institucional. Es un posicionamiento con el que no nos sentimos identificados y que, evidentemente, no fue el único. Al margen de esta «vía institucional», existieron otro tipo de planteamientos con los que se apostaba por reafirmar el carácter asambleario de aquel movimiento. Son varias las expresiones que han recogido el testigo, entre ellas podemos citar al propio Centro Social Recuperado de Gamonal que desde una dinámica autogestionaria ofrece una alternativa social y cultural al barrio. Un espacio que está demostrado que es posible trabajar desde y por la autogestión sin necesidad de asumir el hándicap de la legalización de los espacios ocupados.
EZ: Desde un punto de vista militante ¿Qué diríais que os ha aportado en lo personal y en lo colectivo tanto en lo ideológico como en cuanto a la práctica comunitaria?
DV: Lo hemos dicho en otras tantas ocasiones. Gamonal supuso un antes y un después en muchas conciencias, sin duda alguna también en la nuestra personal. Aquellas jornadas de enero han sido una de las experiencias más intensas en nuestra biografía militante cuya complejidad de matices está todavía por investigar. Las jornadas de enero de 2014 pusieron también de manifiesto que la gente unida a través de valores como autogestión, apoyo mutuo, auto-organización o solidaridad, conceptos con los que hemos crecido desde un punto de vista militante, es capaz de hacer frente a los rivales más poderosos.
Por otro lado, el hecho de que durante los momentos más intensos de las protestas nuestro medio fuese uno de los referentes informativos, nos ha respaldado para seguir adelante con nuestra actividad que consideremos que actualmente es más necesaria que nunca.
Diario de Vurgos
Gamonal, 8 de abril de 2018